Al menos el 20 por ciento de los adultos en Estados Unidos tienen enfermedad del hígado graso, según un informe de enero de 2011 de la "Harvard Health Letter". Contrariamente a la creencia popular, la enfermedad del hígado graso no solo afecta a los alcohólicos. Los factores de riesgo comunes para la enfermedad del hígado graso incluyen diabetes, obesidad y colesterol alto. Los productos lácteos bajos en grasa son parte de un plan de dieta diseñado para ayudar a controlar la enfermedad del hígado graso.
Cambios en el estilo de vida del hígado graso
La enfermedad del hígado graso no tiene formas estándar de tratamiento. En cambio, los médicos ayudan a las personas con enfermedad del hígado graso a minimizar sus factores de riesgo. Las formas comunes de controlar la diabetes, la obesidad y el colesterol alto incluyen mejorar su dieta, perder peso y aumentar su nivel de actividad física. Los productos lácteos, especialmente los lácteos bajos en grasa o sin grasa, lo ayudan a mejorar su dieta y perder peso cuando se incorporan a una dieta bien balanceada y controlada en calorías.
Leche y Dieta Saludable
Los productos lácteos proporcionan nutrientes importantes que carecen de otros alimentos, pero las variedades de grasas completas aumentan el riesgo de aumento de peso y colesterol alto asociado con un hígado graso. La mejor dieta para un hígado graso se centra en alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras, proteínas magras, granos integrales y grasas saludables, incluidas las que se encuentran en las nueces, pescado, semillas y aceite de oliva. Desafortunadamente, la mayoría de las grasas que se encuentran en los productos lácteos enteros son grasas saturadas o grasas poco saludables. Por ejemplo, la leche entera contiene 7.9 gramos de grasa, de los cuales 4.6 gramos son grasas saturadas; el helado regular de vainilla contiene 7.3 gramos de grasa, de los cuales 4.5 gramos son grasas saturadas; y el queso americano procesado y pasteurizado en rodajas contiene 6, 7 gramos de grasa, de los cuales 3, 8 gramos son grasas saturadas. Las variedades de productos lácteos bajos en grasa o sin grasa ayudan a disminuir la ingesta de grasas saturadas, a la vez que le proporcionan minerales importantes como calcio, magnesio, fósforo y potasio.
Productos lácteos y pérdida de peso
Contrariamente a la creencia popular, los lácteos no te ayudan a perder peso. Una revisión de la literatura publicada en la edición de mayo de 2008 de "Nutrition Reviews" encontró que la evidencia clínica no ha demostrado que el calcio o los productos lácteos ayuden a perder peso. En lugar de depender de los lácteos para bajar de peso, encuentre formas de reducir suficientes calorías de su dieta diaria o aumentar su nivel de actividad física para quemar calorías adicionales. Los programas de pérdida de peso más seguros le permiten perder peso a razón de 1 a 2 libras por semana a través de una combinación de ejercicio y dieta. No use dietas rápidas o pierda peso demasiado rápido o corre el riesgo de aumentar la gravedad de su enfermedad del hígado graso.
Sustituciones de lácteos para disminuir la grasa y las calorías
Incluir lácteos como parte de su dieta bien balanceada que ayuda a reducir los niveles de colesterol y permite la pérdida de peso requiere que cambie la forma en que usa los productos lácteos. Cambie gradualmente de leche entera a una variedad baja en grasa o sin grasa. Comience reemplazando 2 onzas de su taza de leche entera de 8 onzas con leche baja en grasa, y aumente gradualmente la cantidad de leche baja en grasa que tiene en su vaso hasta llenar su taza con leche baja en grasa. Use leche descremada o baja en grasa en su café. Reemplace la crema agria en sus recetas con yogurt sin grasa o con poca grasa. Finalmente, cada vez que seleccione un producto lácteo, busque variedades reducidas en grasa o sin grasa.