Las vitaminas C y E constituyen partes esenciales de su dieta y promueven la función de los tejidos; por ejemplo, la vitamina C ayuda en la comunicación cerebral, mientras que la vitamina E ayuda a controlar la constricción de los vasos sanguíneos. El todo es mayor que la suma de sus partes cuando se trata de vitaminas C y E, a pesar de que los dos nutrientes tienen algunas funciones fisiológicas separadas en su cuerpo. Funcionan bien juntos porque tienen roles similares y complementarios en su cuerpo, y funcionan en combinación para beneficiar su salud.
Colaboración como antioxidantes
Las vitaminas C y E se apoyan mutuamente en la función antioxidante. Los antioxidantes juegan un papel importante en la limitación del daño a las células, incluidas las proteínas celulares, el ADN y las grasas que forman las membranas celulares, causadas por químicos reactivos, llamados radicales libres. Este daño dificulta la función celular saludable y conduce a mutaciones genéticas, que finalmente causan la muerte celular. Si bien la vitamina E tiene la capacidad de actuar como antioxidante, requiere regeneración después de que "cura" el daño de los radicales libres antes de que pueda funcionar correctamente nuevamente. La vitamina C en sus células restaura la función antioxidante de la vitamina E para que pueda continuar luchando contra el daño tisular.
Beneficios sinérgicos para la piel
Las vitaminas C y E también funcionan bien juntas porque tienen funciones complementarias en la salud de la piel. Ambos nutrientes juegan un papel en proteger las células de su piel del daño solar porque neutralizan los radicales libres generados durante la exposición al sol. El Instituto Linus Pauling señala que tener ambas vitaminas en la piel ayuda a prevenir el daño solar mejor que la vitamina C o E por sí solo. Las vitaminas C y E trabajan juntas para mantener un colágeno saludable, una proteína importante para la fortaleza de la piel. Necesita vitamina C para ayudar a sintetizar el colágeno requerido para una piel sana, así como niveles saludables de vitamina E para mantener los enlaces cruzados adecuados entre las fibras de colágeno.
Función complementaria para la salud inmunológica
Las vitaminas C y E contribuyen a la función inmune, por lo que obtener suficiente de ambas vitaminas lo protege de enfermedades infecciosas. Crédito: BananaStock / BananaStock / Getty ImagesLas vitaminas C y E contribuyen a la función inmune, por lo que obtener suficiente de ambas vitaminas lo protege de enfermedades infecciosas. El papel de la vitamina C en la salud de la piel también mantiene su inmunidad porque confía en una piel fuerte para evitar que los patógenos entren en su sistema. También ayuda a estimular la función inmune al promover el crecimiento de las células inmunes, y las vitaminas C y E controlan la función de las células inmunes. La vitamina C también estimula la liberación de interferones, sustancias químicas con propiedades antivirales, mientras que la vitamina E mantiene la salud inmunológica a medida que envejece.
Recomendaciones y fuentes de admisión
Asegúrese de cargar frutas y verduras. Crédito: Fuente de la imagen / Photodisc / Getty ImagesNecesita pequeñas cantidades de vitaminas C y E para mantener su salud: el Instituto de Medicina recomienda que todos los adultos obtengan 15 miligramos de vitamina E diariamente y aconseja que los hombres y las mujeres consuman 90 miligramos y 75 miligramos de vitamina C, respectivamente. Asegúrese de cargar frutas y verduras, especialmente espinacas, brócoli, pimientos rojos y cítricos, para obtener vitamina C esencial, y recurra a los aguacates, almendras y cacahuetes como fuentes de vitamina E. Mezcle el jugo de limón y el aceite de oliva para obtener un Aderezo o aderezo fácil para ensaladas de pollo o pescado a la parrilla: es sabroso y aumenta su consumo de vitaminas C y E.