Ya sea el resultado de una lesión relacionada con el ejercicio o debido a una afección médica subyacente como la artritis, las articulaciones rígidas pueden ser difíciles de tolerar y vivir. Debido a que el espacio entre las articulaciones es tan compacto, incluso un poco de inflamación puede tener un efecto descomunal en la movilidad. La rigidez de las articulaciones puede reducirse con el tiempo a medida que la lesión se cura y la inflamación disminuye, aunque esto no siempre es así, particularmente en casos de artritis. Algunas vitaminas pueden ayudar a reducir la rigidez en las articulaciones, aunque las articulaciones con rigidez crónica y los casos graves de hinchazón deben ser tratados por un profesional médico en lugar de a través del autocuidado.
Vitamina a
Una vitamina liposoluble, la vitamina A tiene una variedad de funciones importantes en el cuerpo. Ayuda en la reproducción celular, es vital para una visión saludable y ayuda a mantener las membranas mucosas, sin mencionar que ayuda a producir tejido cicatricial. La vitamina A también es un antioxidante que protege las células del cuerpo de las toxinas ambientales y los radicales libres. Un estudio en "Proceedings of the Nutrition Society" argumentó que la vitamina A tiene propiedades antiinflamatorias. Esta conclusión fue respaldada por la capacidad de la vitamina A para reducir la inflamación de la piel, ya que se usa comúnmente como un tratamiento para el acné. Pero la eficacia de la vitamina A para el dolor articular más intenso aún requiere más estudio. En forma de retinol, la vitamina A se encuentra en la carne, los huevos, las aves y los productos lácteos. Como betacaroteno, se encuentra en abundancia en las verduras de color naranja y amarillo brillante, como las calabazas y las zanahorias.
Vitamina B-5
También conocida como ácido pantoténico, la vitamina B-5, un miembro del complejo de vitamina B, ha demostrado propiedades antiinflamatorias. En un pequeño estudio, se demostró que la dosis de vitamina B-5 alivia parte del dolor asociado con la artritis reumatoide, aunque esta correlación requiere más estudio. Como todas las vitaminas B, la vitamina B-5 ayuda a crear tejidos sanos, como la piel, el cabello y los ojos. Los granos integrales, las yemas de huevo, las batatas y las aves de corral son excelentes fuentes de vitamina B-5.
Vitamina C
También conocida como ácido ascórbico, la vitamina C es un antioxidante, como la vitamina A, y también defiende las células de las toxinas locales y los radicales libres. Cuando se combina con vitamina B-5, se ha demostrado que ayuda a acelerar el proceso de curación de las heridas. La vitamina C es vital para la producción de colágeno, que es un componente básico del cartílago. Cuando el cartílago se destruye o desgasta, crea presión en las articulaciones y los huesos, creando inflamación y dolor. Los estudios actuales muestran que las personas con dietas altas en vitamina C tienen menos probabilidades de sufrir osteoartritis, aunque no se sabe que la vitamina C trate o prevenga esta enfermedad. La vitamina C se encuentra en grandes cantidades en todos los cítricos, así como en los kiwis.
Beneficios de glucosamina
La glucosamina se produce naturalmente en el cuerpo y se encuentra en abundancia en el líquido articular. La glucosamina se puede encontrar naturalmente en las conchas de mariscos, o se puede sintetizar químicamente. El Instituto Nacional de Salud califica la glucosamina como probablemente efectiva para tratar la osteoartritis. Además de posiblemente aliviar el dolor articular asociado con la osteoartritis, el sulfato de glucosamina también puede ayudar a prevenir o retrasar el progreso del daño de la osteoartritis en las articulaciones. Sin embargo, los beneficios de la glucosamina no son consistentes, y algunas personas pueden no experimentar alivio ni beneficio alguno.