El salmón se puede cocinar de diferentes maneras según su preferencia: los filetes y filetes a menudo se asan, se asan, se hornean y se ahuman, e incluso se puede preparar en el microondas. La carne se puede almacenar en el refrigerador y guardar para su uso posterior, pero tenga cuidado al recalentarla. Las bacterias pueden crecer en la carne y descomponerse; esto es especialmente cierto si la carne ha residido dentro de la zona de peligro de 40 y 140 grados Fahrenheit. Recalentar la carne no es solo un acto para mejorar el sabor, sino un proceso para garantizar un consumo seguro.
Paso 1
Coloca el salmón en el microondas colocándolo en un recipiente apto para microondas con tapa. Levante una esquina del recipiente para permitir que escape el calor y la presión. El recipiente creará un efecto de vapor en la carne y la ayudará a cocinar más rápido y más a fondo. Microondas durante dos o tres minutos, luego verifique la temperatura interna con un termómetro para carne. Continúe cocinando en incrementos de un par de minutos a la vez hasta que la temperatura interna del salmón alcance los 150 grados Fahrenheit.
Paso 2
Coloque el salmón en una bandeja para hornear y cocine en un horno precalentado a 350 grados Fahrenheit. Cocine durante aproximadamente 15 minutos, o hasta que la temperatura interna de la carne alcance los 165 grados; dependiendo del tamaño de su salmón, es posible que deba aumentar o reducir el tiempo de cocción.
Paso 3
Precaliente una sartén superior a fuego medio. Agregue una pequeña cantidad de aceite de cocina en la sartén y deje que se caliente, luego coloque el salmón en la sartén y cocine de tres a cinco minutos por lado, volteando una vez. Use un termómetro para carne para medir la temperatura interna y retire el salmón de la sartén cuando alcance los 165 grados Fahrenheit.
Cosas que necesitarás
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Bandeja para hornear
Recipiente para microondas con tapa
Termómetro de carne