La Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud informa que, con la excepción de las vitaminas y minerales, las cápsulas de aceite de pescado son el suplemento dietético más utilizado. El aceite de pescado es una excelente fuente de dos tipos de ácidos grasos omega-3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
Estos aceites pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, artritis y algunos tipos de cáncer. Sin embargo, según los Institutos Nacionales de Salud, casi el 7 por ciento de las personas que toman suplementos de omega-3 experimentan efectos secundarios, como eructos y malestar estomacal, por lo que si tiene reflujo ácido, tomar estos suplementos podría agravar sus síntomas.
Sin embargo, hay pasos que puede seguir para minimizar estos efectos secundarios y al mismo tiempo cosechar los beneficios potenciales de aumentar su ingesta de ácidos grasos omega-3.
Tomar con la comida
Los suplementos de omega-3 y aceite de pescado están disponibles en forma líquida o en cápsulas. El recubrimiento externo de las cápsulas, dependiendo de su formulación, se disuelve principalmente en el estómago o el intestino delgado.
El aceite de pescado que ingresa al estómago vacío flota en el líquido del estómago. Esto hace que sea más probable que el aceite viaje de regreso a la garganta y la boca si eructa o es propenso al reflujo ácido, una condición en la que el contenido de su estómago fluye hacia el esófago.
Puede minimizar este efecto secundario tomando su suplemento de aceite de pescado inmediatamente antes de una comida, lo que ayudará a que el aceite se mezcle mejor con los alimentos que come. Limitar los líquidos cuando toma su suplemento también puede ayudar a prevenir la regurgitación del aceite de pescado.
Ajustar tipo o dosis
Los Institutos Nacionales de Salud sugieren que una dosis reducida de aceite de pescado o suplementos de omega-3 puede ayudar a controlar los efectos secundarios que agravan los síntomas del reflujo ácido. Comenzar con una dosis relativamente baja que se incrementa gradualmente con el tiempo puede ayudar a prevenir los efectos secundarios gastrointestinales por completo.
El aceite de pescado con recubrimiento entérico o las cápsulas de omega-3 son otra opción. Estas cápsulas están recubiertas con un material que no se disuelve hasta que pasa a través del estómago y llega al intestino delgado, evitando por completo la regurgitación del aceite. Congelar las cápsulas de aceite de pescado antes de tomarlas también puede ayudar a prevenir eructos y reflujo ácido.
Probar fuentes alternativas
Una alternativa al aceite de pescado o los suplementos de omega-3 es consumir regularmente pescado rico en grasas omega-3, como el salmón, la caballa, el arenque, las sardinas, la trucha de lago y el atún blanco. Además de las fuentes marinas, los omega-3 se encuentran en las plantas en forma de ácido alfa-linolénico (ALA). Entonces, si encuentra que el aceite de pescado agrava su reflujo ácido o prefiere evitar las fuentes de pescado, intente aumentar su ingesta de ALA.
Las semillas como la linaza molida y el aceite de linaza, las semillas de chía y las semillas de cáñamo son las fuentes más ricas de ALA. Otras fuentes vegetales relativamente buenas de omega-3 son el aceite de canola, el aceite de soja y las nueces. Un inconveniente es que el cuerpo necesita convertir el ALA en los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA para obtener los beneficios de salud deseados. Dado que este proceso no es muy eficiente, las fuentes vegetales de grasas omega-3 no son tan potentes.
Advertencias y precauciones
Los suplementos de omega-3 y el aceite de pescado generalmente se consideran seguros. Sin embargo, estos aceites pueden interactuar con anticoagulantes o medicamentos para la diabetes, por lo que si está tomando medicamentos recetados, hable con su médico antes de tomar los suplementos.
También hable con su médico si no puede tolerar la dosis recetada de omega-3 y desea probar una dosis más baja o fuentes de alimentos. Al compartir información sobre todas las cosas que hace para administrar su salud, ayudará a fomentar una atención médica coordinada y segura.
Informe a su médico si experimenta síntomas de reflujo ácido severo o frecuente, infecciones recurrentes del oído y de los senos nasales, o tos crónica y ronquera. Siempre busque atención médica inmediata si experimenta dolor persistente en el pecho, especialmente si está acompañado de dificultad para respirar o dolor en la mandíbula o el brazo, ya que un ataque cardíaco y la acidez estomacal asociada con el reflujo ácido pueden tener síntomas similares.