Las personas interesadas en bebidas con propiedades terapéuticas pueden estar intrigadas por el té de cebada tostado, conocido en japonés como mugicha o en coreano como boricha. El té de cebada está disponible en granos sueltos, bolsitas de té o bebidas de té preparadas. Se usa tradicionalmente para la desintoxicación, para mejorar la digestión y para infecciones del tracto urinario, entre otras aplicaciones. Si bien estos usos no han sido probados por la investigación científica, el té de cebada tiene otras propiedades promotoras de la salud.
Antibacteriano
El té de cebada tostada interfiere con la absorción de estreptococos orales, afirma la edición de diciembre de 2006 del "Journal of Agriculture and Food Chemistry". Investigadores italianos expusieron cuentas de cerámica pretratadas que imitaban el esmalte de los dientes a las bacterias y al té en varias combinaciones, descubriendo que el té inhibía la colonización bacteriana y la adhesión. Los investigadores observaron que un producto químico conocido por sus propiedades antiadhesivas estaba ausente en el té de cebada que no estaba tostado.
Antioxidante
El té de cebada tiene propiedades antioxidantes, señala el número de diciembre de 2004 de "Biociencia, biotecnología y bioquímica". Un equipo de investigadores japoneses de la Universidad de Shizuoka analizó los componentes químicos del té de cebada y sus efectos sobre el peroxinitrito. Este oxidante inestable puede provocar la muerte celular y complicaciones de salud, incluidas enfermedades cardiovasculares, inflamatorias y neurodegenerativas, explica nature.com. El equipo de investigación determinó la presencia de 10 productos químicos en el té de cebada que pudieron eliminar o destruir el peroxinitrito.
Propiedades anticoagulantes
El té de cebada mejora la fluidez de la sangre, de acuerdo con la edición de abril de 2002 del "Journal of Nutritional Science and Vitaminology". La alta viscosidad de la sangre puede conducir a un deterioro de la circulación sanguínea y trastornos de salud relacionados. Investigadores japoneses que trabajan para Kagome Company descubrieron que la fluidez de la sangre aumentó directamente en proporción con la presencia de alquilpirazina, una sustancia que le da sabor a su té.
