La diverticulosis ocurre cuando pequeñas bolsas en el intestino grueso se hinchan hacia afuera a través de puntos débiles. De acuerdo con el Centro Nacional de Información sobre Enfermedades Digestivas, o NDDIC, el 10 por ciento de los estadounidenses mayores de 40 años y la mitad de las personas mayores de 60 años tienen diverticulosis. La condición se llama diverticulitis cuando las bolsas se inflaman. Según el NDDIC, alrededor del 10 al 25 por ciento de las personas con diverticulosis contraen diverticulitis. La diverticulitis puede causar demasiado dolor al hacer ejercicio; sin embargo, la actividad física puede prevenir la afección o reducir algunos de los síntomas.
Causas
Las bolsas se desarrollan cuando los puntos débiles en el intestino grueso se colocan bajo demasiada presión y sobresalen a través de la pared intestinal. No se comprende completamente cómo las bolsas se inflaman e infectan, lo que conduce a la diverticulitis. De acuerdo con MayoClinic.com, el aumento de la presión en el intestino puede afectar la pared de una bolsa y puede provocar infección, las bolsas pueden atrapar material fecal, lo que también puede provocar infección, o una obstrucción en la abertura estrecha de una bolsa puede restringir el flujo sanguíneo y provocar inflamación. Sus posibilidades de contraer diverticulitis aumentan con la edad, y también corre un mayor riesgo si come muy poca fibra, es obeso y lleva un estilo de vida sedentario.
Síntomas
Los síntomas de la diverticulitis incluyen dolor abdominal y sensibilidad en la parte inferior izquierda, un cambio en los hábitos intestinales, fiebre, náuseas y vómitos, estreñimiento y diarrea. Los síntomas más graves pero poco comunes incluyen hinchazón y sangrado rectal.
Tratamiento
El tratamiento incluye medicamentos, una dieta especial y descanso. La hospitalización y la cirugía pueden ser necesarias en casos severos. Si un ataque de diverticulitis causa sangrado, una infección o mucha inflamación, obtenga atención médica inmediata.
Ejercicio y complicaciones diverticulares
El ejercicio puede ayudarlo a evitar la diverticulitis y los síntomas que acompañan a la afección. Un estudio publicado en el "American Journal of Gastroenterology" en 2009 siguió a 47, 228 hombres entre las edades de 40 y 75 años que no tenían enfermedades digestivas, incluida la enfermedad diverticular. Los hombres que fueron diagnosticados con enfermedad diverticular durante el período de estudio fueron seguidos y su actividad física fue monitoreada durante varios años. Se descubrió que la actividad física, especialmente la actividad vigorosa, se asociaba con una disminución del riesgo de diverticulitis y hemorragia diverticular.