Según el Instituto Linus Pauling, comer cebollas y ajo regularmente puede brindarle una amplia gama de beneficios para la salud, desde la prevención del cáncer y las enfermedades cardíacas hasta el tratamiento de infecciones. Pero si deja que su entusiasmo por los beneficios de estos vegetales acre le provoque un exceso, puede sufrir algunos problemas digestivos. La clave para disfrutar las cebollas y los ajos es comerlos con moderación.
Gas
Puede experimentar gases y la flatulencia asociada al comer cebollas y ajos, dice el Instituto Linus Pauling, y comer cebollas y ajos crudos puede conducir a más gas que comer cebollas y ajos cocidos. El Centro Médico de la Universidad de Maryland dice que puede sentirse hinchado cuando sufre de gases después de comer ajo y otras verduras de la misma familia, como las cebollas. El ajo y la cebolla crudos contienen mucha fibra que puede causar gases, y las cebollas contienen un tipo natural de azúcar llamada fructosa que causa gases, de acuerdo con ClevelandClinic.com, que recomienda discutir su dieta con su médico, ya que la cantidad de gas producida por los alimentos varía de persona a persona.
Diarrea
Tanto la cebolla como el ajo pueden provocarle diarrea si come demasiado, dice el Instituto Linus Pauling. Si come alimentos que alteran su sistema digestivo, puede experimentar diarrea que dura entre dos y tres días, informa ClevelandClinic.com, que recomienda evitar los alimentos crudos si padece diarrea. Elegir alimentos que no contengan mucha fibra es mejor para superar la diarrea, y comer pequeñas porciones de comida también es una buena idea mientras su sistema digestivo se recupera de la diarrea.
Náusea
Comiendo cebollas y ajo con moderación
Puede sufrir problemas digestivos al comer grandes cantidades de cebollas, así que sea creativo sobre las formas en que puede incluir cebollas en su dieta regularmente sin comer muchas cebollas a la vez. El Centro Médico de la Universidad de Maryland aconseja comer ajo con moderación para evitar efectos secundarios como problemas digestivos, y recomienda comer entre dos y cuatro dientes de ajo frescos por día, cortándolos antes de cocinarlos.