Cuando se trata de enfermedad hepática, los culpables típicos son a menudo el alcohol. Sin embargo, incluso si no bebe, otros factores de riesgo de enfermedades como el sobrepeso o la obesidad pueden ponerlo en riesgo de desarrollar enfermedad del hígado graso o la esteatohepatitis no alcohólica más agresiva. En ambos casos, su hígado engorda demasiada grasa, causando complicaciones potencialmente graves. Si bien no existe una cura para las enfermedades del hígado graso, existen formas de ayudar a controlar el problema.
Propina
Desafortunadamente, no hay cura para la enfermedad del hígado graso. Pero hacer ejercicio regularmente y beber mucha agua, al menos 8 tazas al día, puede ayudar a mantener su cuerpo sano y prevenir un hígado graso o detener el proceso de la enfermedad.
Conceptos básicos de hígado graso
La enfermedad del hígado graso es un trastorno común que ocurre cuando se acumula demasiada grasa en el hígado. Si no se controla, esta grasa puede continuar desarrollándose hasta que la grasa desencadene inflamación en el hígado. La inflamación es perjudicial para el tejido hepático y a menudo puede causar cicatrices, lo que afecta la función del hígado. Según MayoClinic.com, no existe una causa específica exacta para esta enfermedad, pero los elementos como el colesterol alto, la cirugía de bypass gástrico, los triglicéridos altos, la desnutrición, la obesidad, la pérdida de peso rápida y la diabetes pueden desempeñar un papel en el desarrollo del trastorno.
Efectos del ejercicio
Actualmente no existe cura para la enfermedad del hígado graso, pero ciertos hábitos pueden ayudar a mantener la enfermedad bajo control o evitar que se desarrolle. Uno de estos hábitos es el ejercicio. El ejercicio ayuda con la enfermedad de varias maneras. Primero, le ayuda a controlar su peso al quemar el exceso de grasa, lo que puede prevenir la obesidad. El ejercicio también puede ayudar a aumentar los niveles de colesterol de lipoproteína de alta densidad "bueno", lo que a su vez reduce los niveles de triglicéridos y el colesterol de lipoproteína de baja densidad "malo". El ejercicio también ayuda a prevenir y controlar otras enfermedades asociadas con la enfermedad del hígado graso, como la diabetes tipo 2.
Efectos del agua
El agua puede jugar un papel importante en el control de un hígado graso. Se necesita agua para que el hígado funcione correctamente. Cuando su cuerpo se deshidrata, puede afectar su metabolismo y la capacidad de su cuerpo de descomponer la grasa para el uso de las células, en lugar de almacenar la grasa en el hígado. Intenta incluir al menos 8 oz. de agua de ocho a nueve veces al día, de acuerdo con las recomendaciones de MayoClinic.com.
Otros tratamientos disponibles
Se pueden usar varias otras alteraciones del estilo de vida y tratamientos para controlar o prevenir la enfermedad del hígado graso, como un cambio en el consumo de calorías y grasas de la dieta y la pérdida general de peso. En casos graves, se pueden usar medicamentos recetados como orlistat o tiazolidinedionas para ayudar a tratar el hígado graso o las causas subyacentes del hígado graso. Además, en muchos casos, un hígado graso puede ser causado por la ingestión excesiva de alcohol. Dejar de consumir alcohol puede ayudar al hígado a sanar y volver a un funcionamiento más normal.