Las naranjas son bien conocidas por su alta concentración de vitamina C, pero los cítricos también contienen muchas otras vitaminas y nutrientes. Las naranjas también contienen vitamina A, muchas de las vitaminas B y vitamina E, lo que las convierte en una parte regular de una dieta sana y equilibrada.
Vitamina a
La vitamina A es un nutriente importante para la visión y para una piel sana. Sin embargo, puede ser tóxico en cantidades excesivas: una sobredosis puede dañar la piel, debilitar o quebrar los huesos e inducir fatiga y vómitos. Consulte a un médico antes de exceder la cantidad diaria recomendada de vitamina A.
Vitaminas del grupo B
Las vitaminas B solubles en agua juegan papeles importantes en el metabolismo celular. Entre las vitaminas B contenidas en las naranjas: vitamina B1 o tiamina, que ayuda al cuerpo a procesar proteínas, grasas y carbohidratos; vitamina B2, o riboflavina, que convierte los carbohidratos en combustible y activa la vitamina B6 y el ácido fólico; la vitamina B3, o niacina, procesa el alcohol, forma grasas a partir de carbohidratos y regula el colesterol; la vitamina B5, o ácido pantoténico, ayuda al cuerpo a obtener energía de las grasas, sintetiza el colesterol y ayuda a activar las glándulas suprarrenales; la vitamina B9, o folato, ayuda al cuerpo a producir glóbulos rojos; y vitamina B6, que regula los estados de ánimo y los procesos mentales al ayudar a formar neurotransmisores, dopamina, hormonas, melatonina y serotonina.
Vitamina C
La vitamina C es una sustancia soluble en agua que actúa como antioxidante y contribuye a la salud general del cuerpo de varias maneras. Al reducir la aglomeración de plaquetas y la rigidez de las arterias, puede proteger contra ciertos tipos de enfermedades del corazón. También fortalece los vasos sanguíneos y los músculos al ayudar al cuerpo a producir colágeno, y es un antihistamínico natural. La vitamina C también contribuye a la curación, combate los virus, ayuda a la formación de bilis hepática y desintoxica el cuerpo.
Vitamina e
La vitamina E ayuda al cuerpo a procesar la glucosa, y sus propiedades antioxidantes pueden proteger contra algunos tipos de cáncer y enfermedades cardíacas. La vitamina E también puede proteger contra las toxinas de la contaminación del aire, el síndrome premenstrual, las cataratas, el daño de la piel debido a la radiación ultravioleta, la diabetes y ciertos trastornos neurológicos. Debido a que aumenta el nivel de actividad del sistema inmune, la vitamina E tiene beneficios limitados para aquellos que sufren de artritis reumatoide y asma.