Cuando hace ejercicio, se producen muchos cambios fisiológicos para asegurarse de que sus músculos tengan suficiente oxígeno para hacer su trabajo. Sus vasos sanguíneos pueden ensancharse y estrecharse para redirigir el flujo de sangre oxigenada a sus músculos en ejercicio. El ejercicio regular mejora la salud vascular, pero los vasos no saludables pueden estrecharse o bloquearse por la placa, lo que impide el flujo de sangre al corazón y lo pone en riesgo de sufrir dolor en el pecho o incluso un paro cardíaco.
Músculo y flujo
Durante el ejercicio, sus músculos necesitan oxígeno para descomponer las grasas y los carbohidratos para obtener energía. Para dejar espacio para el oxígeno fresco, los músculos liberan subproductos como la adenosina y el dióxido de carbono, que provocan que los vasos sanguíneos en esa área se dilaten o expandan, un proceso llamado vasodilatación. Esta vasodilatación permite que se envíe más sangre oxigenada a los músculos. En un cuerpo sano, la vasodilatación tiene lugar en los vasos sanguíneos coronarios que rodean el corazón, y en la piel y los vasos sanguíneos de los músculos.
Endurecimiento
Cuando hace ejercicio, una forma de satisfacer la mayor demanda de oxígeno en los músculos que hace ejercicio es redirigiendo la sangre de los tejidos inactivos de su cuerpo, como el abdomen y los riñones. Su sistema nervioso simpático, parte del tronco encefálico y la médula espinal, estimula los vasos sanguíneos en el tejido no activo para contraerse o estrecharse, reduciendo el flujo sanguíneo a esos tejidos. El flujo sanguíneo se redistribuye a los músculos activos.
Ley de equilibrio
Tal vez se pregunte cómo el sistema nervioso simpático solo puede ordenar que los vasos sanguíneos de los tejidos no esenciales se contraigan mientras deja intactos sus músculos activos. La respuesta simpática provoca una vasoconstricción generalizada en todo el cuerpo. Sin embargo, los subproductos químicos producidos por los músculos que trabajan anulan esta respuesta cuando es necesario. Un informe de 2004 publicado en el "Journal of Physiology" demuestra que los subproductos circulantes juegan un papel en la regulación del suministro de oxígeno al inducir la vasodilatación y atenuar la actividad vasoconstrictora simpática. El entrenamiento de resistencia regular mejora su eficiencia en la regulación del flujo sanguíneo.
Fusión del sistema
En personas con afecciones como enfermedades cardíacas o vasculares, los vasos sanguíneos pueden no responder adecuadamente durante el ejercicio. Por ejemplo, si tiene un bloqueo en uno o más de los vasos cardíacos, la vasodilatación podría verse afectada, privando al músculo cardíaco de sangre oxigenada y posiblemente causando síntomas como dolor en el pecho. Del mismo modo, la enfermedad vascular periférica puede causar lesiones en los vasos sanguíneos de las extremidades, evitando la perfusión adecuada o el flujo sanguíneo. Para remediar estas afecciones, los médicos pueden recetar medicamentos llamados vasodilatadores que ensancharán artificialmente sus vasos. Los procedimientos quirúrgicos más invasivos también pueden ser una opción.