Muchos de nosotros trabajamos en una oficina en un trabajo de escritorio solo para estar tan cansados al final del día que pasamos la noche sentados a descansar. Hacer suficiente ejercicio durante el día puede ser un desafío, pero sin él, su cuerpo pierde fuerza y musculatura rápidamente. Puede aumentar de peso y corre el riesgo de sufrir afecciones potencialmente mortales, como ataques cardíacos, cáncer y diabetes tipo 2.
Propina
Cuando tiene un estilo de vida sedentario, sus músculos y huesos se debilitan, puede volverse obeso y la función de su sistema inmunológico disminuye, lo que lo expone a un mayor riesgo de enfermedades, incluidas enfermedades cardíacas y cáncer.
Efectos de un estilo de vida sedentario
Un estilo de vida sedentario sin ejercicio puede provocar aumento de peso y obesidad al quemar menos calorías. Lo pone en riesgo de osteoporosis, y su fuerza y resistencia muscular disminuirán, lo que hará que las actividades diarias sean más desafiantes y cansadoras.
Comenzar un programa de ejercicios no solo ayudará a lograr y mantener un peso saludable, sino que también ayudará a disminuir el riesgo de caerse, especialmente en adultos mayores.
Riesgo de cáncer y enfermedad
La inactividad disminuye la circulación, aumenta la inflamación y evita que su sistema inmunológico funcione al nivel óptimo. Todos estos factores aumentan el riesgo de enfermedad, incluidos:
- Enfermedad del corazón
- Alta presión sanguínea
- Carrera
- Diabetes tipo 2
- Cáncer
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) determinó que el ejercicio puede disminuir el riesgo de ocho tipos diferentes de cáncer, incluido el de mama, colon y pulmón.
Disminución de la salud mental
Se ha demostrado que la actividad física disminuye el riesgo de ansiedad y depresión en niños y adultos. El HHS señala que esto incluye la depresión posparto para las mujeres.
Además, la cognición mejora con el ejercicio, incluso en personas que padecen TDAH o demencia. El ejercicio y la actividad física también reducen el riesgo de la enfermedad de Alzheimer.
Aumento de la actividad diaria
No necesita comenzar un programa de ejercicio reglamentado para comenzar a cosechar los beneficios del ejercicio. Puede realizar más actividad durante todo el día con cambios simples, como pararse cuando está hablando por teléfono, dar una caminata corta durante el almuerzo y subir las escaleras en lugar del elevador.
En casa, las tareas domésticas y la jardinería son formas de aumentar su actividad y mejorar su entorno. También puede considerar hacer ejercicios o estiramientos mientras mira televisión.
Comenzar un programa de ejercicios
Cuando ha estado viviendo un estilo de vida con poco o ningún ejercicio, comenzar un programa de acondicionamiento físico puede ser una tarea desalentadora. Consulte a su médico para determinar qué tipos de ejercicios son seguros para usted y considere trabajar con un entrenador personal para asegurarse de que está realizando los ejercicios de manera segura y correcta.
La segunda edición de las Pautas de actividad física para estadounidenses emitidas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. Recomienda de 150 a 300 minutos de actividad aeróbica por semana. Avance lentamente y elija actividades que disfrute, como caminar, nadar o andar en bicicleta.
Incorpora entrenamiento de fuerza en tu rutina. Puede unirse a un gimnasio o realizar ejercicios como flexiones, sentadillas y abdominales desde la comodidad de su hogar. Una pauta general para el entrenamiento de fuerza es realizar de ocho a 12 repeticiones de cada ejercicio por serie. Comience lentamente con pesas ligeras y menos repeticiones hasta que desarrolle su fuerza.