Los aminoácidos son compuestos orgánicos importantes que necesita para digerir adecuadamente los alimentos, crear energía utilizable, mantener la salud y, en general, funcionar normalmente. Estas diversas sustancias son altamente versátiles químicamente y cumplen varios roles críticos, como actuar como los componentes básicos de todas las formas de proteínas y controlar prácticamente todos los procesos celulares. Esta es la razón por la cual una deficiencia en cualquiera de los aminoácidos esenciales puede conducir a varios problemas de salud y posibles dificultades físicas.
Los aminoácidos esenciales
Hay 20 aminoácidos diferentes que los humanos requieren para un funcionamiento normal y saludable, explica la Universidad de Arizona. De este número, el cuerpo produce naturalmente 10. Los 10 restantes incluyen arginina, histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina. Estos se conocen como aminoácidos esenciales; puede obtenerlos solo a través de los alimentos que come. A diferencia de otros nutrientes como la grasa y el almidón, debe obtener estos ácidos esenciales en sus alimentos todos los días porque su cuerpo no almacena ningún exceso de aminoácidos para su uso futuro.
Problemas de crecimiento y desarrollo
La lisina es un aminoácido que desempeña un papel vital para garantizar un crecimiento y desarrollo normales. Ayuda a su cuerpo a absorber el calcio, que es necesario para la salud ósea. También es necesario para la fabricación de colágeno, que se requiere para construir tejidos conectivos como tendones, cartílagos y piel. La lisina también ayuda indirectamente a procesar las grasas en energía y reducir el colesterol. Las personas que no obtienen suficiente lisina en sus dietas pueden experimentar un crecimiento lento, anemia, trastornos reproductivos, náuseas, mareos y pérdida de apetito.
Mayor riesgo de enfermedad
Todos los días, estás expuesto a radicales libres dañinos. Estos compuestos se producen naturalmente en el cuerpo, pero también están presentes en la contaminación ambiental, el humo del cigarrillo, la radiación y la luz ultravioleta. Se han relacionado con varias enfermedades, como cáncer y enfermedades cardíacas. En este sentido, los aminoácidos son importantes, no solo para mantener sus procesos internos funcionando de manera óptima, sino también para proteger contra las enfermedades. La cisteína es particularmente importante, ya que su cuerpo la convierte en glutatión, que es un potente antioxidante que ayuda a neutralizar y prevenir el daño celular que causan los radicales libres. El tratamiento con cisteína se ha relacionado con una menor incidencia de angina, gripe y bronquitis crónica. Sin suficiente cisteína, sin embargo, su susceptibilidad a la enfermedad aumenta.
Baja energía y alerta
Los niveles de aminoácidos de su cuerpo juegan un papel importante en su capacidad de enfocar sus esfuerzos, tanto mental como físicamente. Los alimentos ricos en proteínas que contienen grandes cantidades de tirosina, como el pescado, las aves de corral, los huevos, los productos lácteos, el tofu y la carne, son excelentes para aumentar la energía y el estado de alerta mental, explica la Middle Tennessee State University. La tirosina aumenta la producción de neurotransmisores de su cuerpo, como la dopamina y la epinefrina, que se sabe que mejoran nuestra capacidad de concentración mental. Sin cantidades suficientes de tirosina, puede comenzar a sentirse fatigado más fácilmente y menos capaz de concentrarse.
Aumento de la ansiedad y el estrés
Comer alimentos ricos en carbohidratos provoca una liberación de insulina en el torrente sanguíneo. Esto elimina casi todos los aminoácidos en la sangre, excepto el triptófano. Una vez que este aminoácido ingresa al cerebro, se convierte en serotonina, un neurotransmisor que reduce el dolor, disminuye el apetito e induce una sensación de calma. Las personas que con frecuencia no obtienen suficiente triptófano pueden ser más susceptibles a los efectos negativos de la ansiedad y el estrés. Los alimentos ricos en triptófano incluyen leche, plátanos, avena, queso, soja, aves y nueces.