Incorporar el tipo correcto de grasas en su dieta es tan importante como la cantidad de grasa que consume. Las grasas saturadas y las grasas trans, o grasas "malas", aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas, colesterol alto y otras enfermedades. El consumo de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas "buenas" reduce el riesgo de las mismas condiciones. Las grasas buenas desempeñan papeles vitales en diferentes funciones dentro de su cuerpo. Las nueces, el pescado y los aceites vegetales proporcionan grasas buenas que benefician su salud en lugar de dañarla.
Ayuda en la absorción de vitaminas liposolubles
Las vitaminas liposolubles incluyen vitamina A, D, E y K. Las vitaminas se disuelven en grasa y la absorción adecuada requiere la presencia de grasa. La vitamina A contribuye al crecimiento de los huesos y los dientes, la división celular y ayuda a hidratar la piel, los ojos y las membranas mucosas. La vitamina D ayuda a su cuerpo a absorber y utilizar calcio y a mantener la integridad de sus huesos. Las cualidades antioxidantes de la vitamina E protegen sus reservas de vitamina A y C y sus glóbulos rojos. La vitamina K ayuda a mantener la salud ósea y ayuda a la coagulación de la sangre en todo el cuerpo.
Promueve el funcionamiento cerebral
La grasa juega un papel clave en el desarrollo y la salud de su cerebro. Helpguide, un recurso de salud mental en línea, informa que la grasa representa aproximadamente el 60 por ciento de su cerebro y afecta sus capacidades de aprendizaje, hormonas, estados de ánimo y retención de memoria. Durante el embarazo, las mujeres requieren más ácidos grasos o grasas omega-3, una forma de grasa poliinsaturada, para promover el desarrollo del cerebro y los ojos del bebé. Los alimentos ricos en grasas omega-3 incluyen pescado, huevos, semillas y nueces.
Apoya la buena salud
Las grasas omega-3 ayudan a proteger su cuerpo de varias maneras. Las grasas omega-3 disminuyen la inflamación y pueden reducir el dolor que la acompaña. La ingesta regular de grasas omega-3 promueve el funcionamiento saludable de su sistema metabólico e inmunológico. Las grasas omega-3 ayudan a prevenir derrames cerebrales y enfermedades del corazón, ayudan a contraer y relajar las paredes de las arterias y desempeñan un papel clave en el desarrollo de hormonas que regulan la coagulación de la sangre dentro de su cuerpo. No hay una ingesta recomendada para las grasas omega-3, pero las buenas fuentes de alimentos son las semillas de lino, pescado graso como el salmón, la caballa y el atún, las nueces y el aceite de oliva.
Protege tu cuerpo
La grasa ayuda a aislar y proteger tus nervios. Crédito: NadiaCruzova / iStock / Getty ImagesConsumir una cantidad saludable de grasa asegura que su cuerpo tenga las reservas adecuadas. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) recomienda que del 20 al 35 por ciento de su consumo calórico diario provenga de grasas poliinsaturadas rápidas y monoinsaturadas. El USDA recomienda limitar su consumo de grasas saturadas a menos del 10 por ciento de sus calorías diarias y eliminar las grasas trans por completo.
La grasa amortigua los órganos de su cuerpo y ayuda a protegerlos contra lesiones o traumas. Además, la grasa ayuda a mantener la temperatura corporal y aísla y protege los nervios, permitiéndoles participar en la transmisión y recepción de impulsos.
Te da energía
La grasa también puede suministrar energía. Crédito: Anna Omelchenko / iStock / Getty ImagesUn beneficio importante de la grasa en la dieta es su capacidad de suministrar energía. Aunque puede pensar que los carbohidratos son la principal fuente de combustible del cuerpo, el hecho es que las grasas, específicamente los triglicéridos, proporcionan el doble de energía que los carbohidratos o las proteínas, según los Institutos Nacionales de Salud. Cuando comes grasa, lo que no se usa como energía de inmediato se almacena dentro de las células. Cuando necesita energía adicional, el almacenamiento de grasa se descompone.