Caminar largas distancias puede ejercer presión sobre sus pies y su cuerpo. Prestar atención a los detalles antes y mientras camina puede hacer que la caminata sea menos difícil. Debes asegurarte de que tus pies y tu cuerpo estén bien mantenidos para evitar molestias.
Ropa
Use telas transpirables que expongan su piel al oxígeno y permitan que su cuerpo sude. Intenta evitar todos los materiales de algodón. Las telas transpirables ayudarán a evitar que su piel se roce y se forme ampollas. También ayuda a aplicar lubricante en áreas donde has experimentado roces antes. Si vive en un área con estaciones cambiantes, use capas ligeras que pueda quitar o ponerse según sea necesario.
Hidratación
El agua ayuda a mantener la energía y la fuerza. Traiga una gran botella de agua con agua y hielo. Si no le importa la idea de cargar una botella grande, compre un paquete de hidratación con un tubo para sorber el agua. Se llevan en la espalda como una mochila y varían en tamaño de uno a cuatro litros. Familiarícese con el camino por el que camina y conozca la ubicación de las fuentes de agua que pasará en el camino.
Comida
Junto con el agua, su cuerpo también necesita alimentos para obtener energía. Quema las calorías que ingieres y te ayuda a caminar distancias más largas. Traiga un par de bocadillos en una bolsa con cierre de cremallera para facilitar el acceso durante la caminata. Algunos bocadillos saludables son barras energéticas, pasas o nueces. La cecina y las bananas también son fuentes portátiles de energía.
Prepara tus pies
Las largas distancias pueden causar molestias y dolor en los pies. Manténgase de pie lo más que pueda antes de la caminata para que descansen. Limpie y recorte las uñas de los pies para evitar molestias en la parte delantera de los pies. Use zapatos ligeros y transpirables para evitar ampollas dolorosas. Lleve vendas en caso de que desarrolle ampollas; o si tienes juanetes, pon el vendaje en tu juanete antes de salir de casa.