Un apetito saludable puede servir como un signo positivo de bienestar. Numerosos factores pueden contribuir a la pérdida de apetito, como trastornos emocionales, enfermedades leves o problemas de salud graves. El apetito también se puede reducir como un efecto secundario de ciertos medicamentos o tratamientos médicos. Si experimenta falta de apetito que persiste por más de varios días, busque la guía inmediata de su médico.
Tratamiento de la condición subyacente
La pérdida de apetito puede ocurrir como un síntoma de una afección, como depresión, apendicitis, problemas de tiroides, infecciones y ciertas formas de cáncer. La apendicitis puede requerir cirugía, mientras que la depresión puede requerir psicoterapia y / o medicación antidepresiva. Una vez que las infecciones se tratan con antibióticos, el apetito y la salud generalmente se reanudan normalmente. Los tratamientos contra el cáncer, como la radiación y la quimioterapia, pueden causar una mayor reducción del apetito. Cuando la pérdida de apetito conduce a una nutrición deficiente, especialmente para las personas que luchan contra enfermedades graves, puede ser necesaria la suplementación de nutrientes o los nutrientes suministrados por vía intravenosa.
Si el estrés, el dolor, la angustia u otros problemas emocionales causan pérdida de apetito, manejar la causa raíz es importante. El estrés general puede remediarse mediante técnicas de relajación como masajes, medicamentos o ejercicio. Cuando los factores emocionales son severos o persistentes, se recomienda el asesoramiento individual o la orientación de un médico.
Horarios de comida programados
Si el cuerpo de una persona se ha acostumbrado a la falta de alimentación debido a la pérdida de apetito u otros factores, debe recuperar el deseo físico y emocional de comer. Al recordarle al cuerpo que coma casi a la misma hora todos los días, el hambre puede reaparecer naturalmente. La Clínica Mayo sugiere establecer un horario de alimentación de rutina y cumplirlo, ya sea que tenga hambre en ese momento o no. Incluso una pequeña cantidad de alimentos consumidos en los momentos apropiados puede resultar beneficioso si saltarse las comidas se ha vuelto habitual.
Límites de fluidos
La ingesta de líquidos puede llenarlo y reducir su apetito por alimentos sólidos. Para evitar que esto ocurra, los líquidos pueden limitarse durante y entre las comidas. Sin embargo, la hidratación es importante, por lo que los fluidos no deben omitirse por completo. Beber líquidos en lugar de tragarlos y disfrutar de bebidas después de una comida puede ayudar. Si una persona tiene dificultades para tolerar alimentos sólidos, los líquidos deben limitarse a líquidos nutritivos y densos en calorías, como batidos de proteínas fortificados con vitaminas, avena hecha con leche entera o crema y sopas a base de crema.
Ambiente agradable para comer
Un ambiente de alimentación agradable puede mejorar la relajación y mejorar el apetito y los hábitos alimenticios. Los detalles de su comida pueden incluir velas encendidas, música suave y decoración en el esquema de color favorito de una persona, así como no tener televisión o radio. Una experiencia gastronómica placentera también puede incluir aromas reconfortantes o tentadores, como las manzanas con especias de canela u otros aromas que una persona disfruta.
Medicación
Se pueden recetar medicamentos como megestrol, marca Megace y dronabinol, marca Marinol, para ayudar a estimular el apetito de una persona. Para las personas que experimentan pérdida de apetito debido a náuseas, prometazina, marca Phenergan; proclorperazina, marca Compazine; o ondansetron, marca Zofran, puede ayudar. Los medicamentos estimulantes del apetito tienen varios efectos secundarios y beneficios, y solo deben usarse según las indicaciones y prescripciones de un médico de confianza.