Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, millones de estadounidenses sufren algún tipo de trastorno renal que puede ser vergonzoso, doloroso o incluso mortal. Durante siglos, los practicantes de medicina popular en Asia han usado té verde y negro para tratar una variedad de afecciones, incluida la enfermedad renal. La investigación moderna muestra que los beneficios del té provienen de altos niveles de antioxidantes llamados "polifenoles", compuestos que combaten el daño de los radicales libres en las células de los riñones y en todo el cuerpo.
Té y enfermedad renal diabética
Té y cáncer de riñón
Un estudio de seguimiento de pacientes inscritos en 13 estudios con 800, 000 investigadores investigó si había asociaciones entre el consumo de café, té, leche, refrescos o jugos y el cáncer de células renales de los riñones. Publicado en el "International Journal of Cancer" en noviembre de 2007, el estudio descubrió que el consumo de café y té podría estar asociado con un riesgo moderadamente menor de cáncer de células renales. Esto está lejos de ser una cura. Si tiene cáncer de riñón, consulte a su médico antes de tomar té o tomar suplementos de té.
Té e inmunosupresores
Un estudio en animales publicado en "Pharmacological Research" en enero de 2005 descubrió que dar a las ratas té verde previene la disfunción renal después de tomar el tipo de medicamentos inmunosupresores que un paciente de trasplante de órgano humano debe tomar para evitar que su cuerpo rechace el nuevo órgano. El té verde también puede mejorar varios de sus otros marcadores para una función renal saludable, incluidos los niveles de creatinina, nitrógeno ureico en sangre, ácido úrico y excreción de glucosa.
Té y cálculos renales
Un cálculo renal es una masa sólida, a menudo dolorosa, compuesta de pequeños cristales que se forman en el riñón debido a una infección, deshidratación o desequilibrios nutricionales. Dos estudios separados investigaron los beneficios potenciales del té para prevenir la formación de cálculos, uno en mujeres y el otro en hombres. El estudio sobre mujeres, parte de los 81, 093 sujetos en el Estudio de Salud de Enfermeras a largo plazo, informó en "Annals of Internal Medicine" en 1998 que beber té disminuyó el riesgo de cálculos renales en un 8 por ciento. El estudio sobre hombres, publicado en el "American Journal of Epidemiology" en 1996, involucró a 45, 289 hombres y descubrió que los bebedores de té en el grupo tenían un riesgo 16 por ciento menor de formar cálculos.