El sodio, el potasio y otros nutrientes son necesarios para mantener la salud normal del cuerpo. Estos elementos, junto con varios otros, son requisitos absolutos para la vida humana. Son tan básicos para la función de cada célula que cualquier desequilibrio entre ellas puede causar serios problemas. El corazón es un órgano que es particularmente vulnerable a los cambios en las proporciones de estos elementos en la sangre.
Sodio y potasio
El sodio y el potasio son elementos que se encuentran en la naturaleza. En plantas y animales, pueden existir unidos a otros átomos o moléculas grandes, como ocurre en la sal o en formas queladas, respectivamente, de estos elementos. Cuando se ingieren estas formas, el cuerpo las procesa y libera los átomos de sodio y potasio de sus contrapartes unidas. El sodio y el potasio se conocen como electrolitos porque una vez liberados de un estado unido, se convierten en iones en un ambiente acuático. Los electrolitos pueden conducir electricidad. Esta propiedad física básica es la razón por la cual los iones de sodio y potasio, entre otros iones, se utilizan para llevar a cabo procesos fundamentales en el cuerpo.
Necesidad fundamental
El sodio, el potasio y otros iones son componentes cruciales de la vida y necesarios en cada célula del cuerpo. Se utilizan en una amplia variedad de procesos celulares, como mantener la integridad de la membrana celular, regular el equilibrio de agua entre las células y su espacio extracelular y transportar nutrientes o desechos a través de las membranas celulares. El "Libro de texto de fisiología médica" dice que debido a que tantas funciones vitales se basan en estos elementos, su equilibrio está estrictamente regulado por el cuerpo. Cualquier desequilibrio de sodio, potasio u otros electrolitos puede compensar la función normal de varios tejidos y órganos, como el corazón. Conocer los niveles sanguíneos de sodio, potasio y otros electrolitos a través de pruebas de laboratorio brinda a los médicos una ventana a la salud del cuerpo y puede ayudar a diagnosticar una serie de patologías basadas en las proporciones relativas de electrolitos.
Desequilibrio de sodio y potasio
Según la "Enciclopedia de Cirugía", el nivel normal de sodio en la sangre es de 135 a 145 mEq por litro. El nivel normal de potasio en sangre es de 3.5 a 5.0 mEq por litro. Si el sodio o el potasio exceden estos niveles en la sangre, las condiciones se denominan hipernatremia o hipercalemia, respectivamente. Si el sodio o el potasio caen por debajo de estos niveles en la sangre, las condiciones se denominan hiponatremia o hipocalemia, respectivamente. Los órganos más responsables de regular los niveles sanguíneos de estos electrolitos son los riñones. Si los riñones no retienen o excretan eficazmente estos electrolitos de acuerdo con las necesidades del cuerpo, puede producirse un desequilibrio electrolítico. Tal ocurre con la enfermedad renal o mientras toma ciertos medicamentos.
Función del corazón
El corazón es uno de los órganos más inmediatamente afectados por los niveles de sodio y potasio en la sangre. Para que el corazón funcione correctamente, el equilibrio electrolítico en la sangre debe mantenerse dentro del rango normal. De lo contrario, las irregularidades del corazón se manifestarán rápidamente. Estas irregularidades se relacionan con propiedades fisiológicas como la fuerza de contracción del corazón y su ritmo o ritmo. Existe una asociación compleja entre los electrolitos y la función cardíaca. Sin embargo, en términos generales, los niveles más altos de potasio en la sangre pueden causar una frecuencia cardíaca más lenta y latidos cardíacos irregulares o arritmia, mientras que los niveles más bajos producen un latido cardíaco rápido. Los niveles excesivos de sodio en la sangre también pueden deprimir la función cardíaca, mientras que los niveles más altos de sodio pueden producir fibrilación cardíaca, un tipo de ritmo cardíaco irregular. Un médico debe evaluar las proporciones relativas de electrolitos para determinar si la función cardíaca se ve afectada por el desequilibrio.