La hipertensión, definida como presión arterial de más de 140/90, ocurre en 5 a 10 por ciento de los embarazos. Hay una diferencia entre la hipertensión crónica y la hipertensión inducida por el embarazo (HIP), que se desarrolla después de las 20 semanas de embarazo y puede provocar preeclampsia, eclampsia o anemia hemolítica, enzimas hepáticas elevadas y síndrome de recuento bajo de plaquetas (HELLP). Nuevas teorías, como las publicadas en la edición de diciembre de 2008 de "Vascular Health and Risk Management", sugieren que la implantación anormal de la placenta o el daño a la placenta por coágulos sanguíneos diminutos puede causar PIH.
Signos de PIH
La hipertensión inducida por el embarazo, también llamada hipertensión gestacional, se diagnostica cuando la presión arterial de una mujer aumenta después de la semana 20 de gestación. Una señal de PIH es una lectura de presión arterial 140/90 o superior cuando se mide en una posición sentada; Las mujeres embarazadas que están acostadas pueden tener lecturas falsamente altas de la compresión de los vasos sanguíneos por el útero, según el Dr. Paul Gibson, en el artículo "Hipertensión y embarazo".
Otro signo de PIH es la presencia de proteína en la orina medida por análisis de orina. Si bien un rastro o una proteína 1+ no es infrecuente en el embarazo, la proteína 2+ o superior es anormal. Según el Dr. Gibson, puede producirse edema o hinchazón en la cara y las manos, aunque la hinchazón ya no se considera diagnóstica de PIH.
Síntomas de PIH progresiva
La preeclampsia se desarrolla en aproximadamente un tercio de las mujeres con hipertensión gestacional. Según el Dr. Gibson, puede producirse un rápido aumento de peso debido a la retención de líquidos, así como a la fuga de líquido de los vasos sanguíneos capilares. Otros síntomas de PIH o preeclampsia incluyen un dolor de cabeza frontal severo de nueva aparición, dolor abdominal causado por la inflamación del hígado y reflejos que son más rápidos de lo normal durante el embarazo, cuando las mujeres generalmente tienen reflejos más brillantes de lo normal. La visión puede verse alterada debido al vasoespasmo cerebral, desprendimiento de retina o vasoespasmo retiniano. La sensibilidad a la luz también puede estar presente.
Complicaciones
Si la preeclampsia progresa a eclampsia, se producen convulsiones. La eclampsia es la segunda causa más alta de muerte materna en el embarazo y puede causar hemorragia cerebral, insuficiencia renal, daño hepático y coagulación intravascular diseminada, un trastorno que destruye los factores de coagulación sanguínea.
Alrededor del 10 por ciento de las mujeres con preeclampsia desarrollan el síndrome HELLP, que puede desarrollarse antes o después del parto. Los síntomas son similares a los de la preeclampsia pero más graves. Las complicaciones fetales incluyen falta de flujo sanguíneo hacia el útero, desprendimiento de la placenta, retraso del crecimiento intrauterino, muerte en el útero o parto prematuro.
Según el Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones, tener PIH no significa que una mujer tendrá hipertensión después del parto, aunque pueden pasar seis semanas hasta que la presión arterial vuelva a la normalidad.