La sacarina sódica es un tipo de edulcorante artificial que es más dulce que la sacarosa pero tiene un sabor amargo. La sacarina sódica se usa a menudo para endulzar refrescos, dulces, galletas, medicamentos y pasta de dientes. Antes del año 2000, la Administración de Drogas y Alimentos requería que se colocara una etiqueta de advertencia en los productos que contienen sacarina de sodio debido a sus posibles riesgos para la salud. Pero en 2010, la Agencia de Protección Ambiental eliminó la sacarina sódica de su lista de materiales peligrosos. Sin embargo, la ingesta de sacarina sódica aún puede causar algunos efectos secundarios.
Riesgo de cáncer
Según un informe de 1997 escrito por el Centro para la Ciencia en Interés Público, o CSPI, la sacarina sódica puede actuar como un posible carcinógeno y debe investigarse más a fondo por su posible efecto sobre un aumento en la incidencia de cáncer. Aunque no se ha establecido una conexión clara entre la sacarina sódica y el cáncer en humanos, puede actuar como carcinógeno o compuesto cancerígeno en ratas y ratones. Se deben realizar más investigaciones en este campo para determinar el efecto de la sacarina sódica en las células cancerosas, particularmente en relación con el cáncer de vejiga.
Diabetes
La sacarina sódica no contiene ningún valor calórico y no es absorbida por los intestinos. Sin embargo, el sabor dulce de la sacarina puede estimular una respuesta endocrinológica, como la producción de insulina del páncreas. El efecto principal de la insulina es transportar azúcar en el torrente sanguíneo a varios tejidos del cuerpo que pueden usarla para obtener energía. Sin que el azúcar ingrese al torrente sanguíneo después de ingerir un edulcorante artificial como la sacarina sódica, la insulina no tiene nada a lo que adherirse. Esto puede disminuir su sensibilidad a la insulina, lo que puede aumentar su riesgo de desarrollar diabetes.
Reacción alérgica
La sacarina sódica puede causar que algunas personas experimenten una reacción alérgica potencialmente grave, principalmente debido a la presencia de sulfonamidas. Los síntomas de una reacción alérgica a la sacarina incluyen dolor de cabeza, dificultad para respirar, aparición repentina de una erupción cutánea o urticaria y diarrea. En los bebés, una reacción alérgica causada por la sacarina utilizada en algunas fórmulas para bebés puede causar irritabilidad y disfunción muscular. Si cree que puede estar experimentando una reacción alérgica a la sacarina, busque atención médica de inmediato.
Aumento de peso
Aunque la sacarina es un edulcorante artificial que no tiene valor calórico, el "Los Angeles Times" citó evidencia de que la sacarina y otros edulcorantes artificiales pueden aumentar el riesgo de obesidad. El dulce sabor de la sacarina le indica a su cuerpo que está a punto de recibir una gran cantidad de calorías, y su sistema digestivo se prepara para las calorías adicionales. Cuando estas calorías no llegan, su cuerpo puede volverse resistente a esta respuesta, lo que puede promover el almacenamiento de grasa y el aumento de peso.