Al igual que con los medicamentos, tomar altas dosis de ciertas vitaminas puede estresar el hígado e incluso causar daño hepático. Algunas vitaminas, como la B-3, son especialmente duras para el hígado, de modo que su médico puede recomendar pruebas periódicas de la función hepática durante la terapia vitamínica. Debido al riesgo de daño hepático y otros efectos secundarios nocivos, es importante obtener la aprobación de su médico antes de tomar suplementos vitamínicos.
Depósito de vitaminas liposolubles en el hígado
Las vitaminas liposolubles, incluidas las vitaminas A, E, D y K, se almacenan en el hígado y los tejidos grasos del cuerpo. Dado que las cantidades excesivas de estas vitaminas no se eliminan rápidamente del cuerpo como ocurre con las vitaminas solubles en agua como la vitamina C, las vitaminas liposolubles pueden acumularse en el hígado y causar problemas de salud si se consumen en exceso. Según la Universidad Estatal de Colorado, el consumo excesivo de vitamina A puede causar agrandamiento del hígado y las altas dosis de vitaminas K y D pueden causar daño hepático y toxicidad.
Vitaminas B procesadas en el hígado
Ciertas vitaminas del complejo B también afectan el hígado. A diferencia de otras vitaminas solubles en agua, el hígado puede almacenar B-12 durante varios años para su uso posterior. Las vitaminas del complejo B, en general, también son necesarias para mantener la salud general del hígado. Sin embargo, al igual que las vitaminas liposolubles, ciertas vitaminas B pueden causar daño hepático si las consume en exceso. Específicamente, la vitamina B-3, o niacina, puede causar daño hepático en dosis altas por encima de 1000 mg. Más importante aún, las preparaciones de liberación programada tienen más probabilidades de causar daño que la niacina regular, según el Centro Médico de la Universidad de Maryland.
Vitaminas y Enfermedad Hepática
Las personas con enfermedad hepática pueden requerir suplementos vitamínicos, ya que el daño hepático puede afectar la capacidad de su cuerpo para absorber ciertas vitaminas. Por ejemplo, la enfermedad hepática puede inhibir la absorción de vitaminas B-12 y B-1, causando deficiencias de estos nutrientes y necesitando suplementos de dosis altas a largo plazo. También hay alguna evidencia de que ciertas vitaminas pueden ayudar a tratar la enfermedad hepática. Un estudio publicado en "The New England Journal of Medicine" en mayo de 2010 indica que las dosis diarias de vitamina E de 800 UI pueden mejorar los síntomas de la esteatohepatitis no alcohólica o la enfermedad del hígado graso.
Recomendaciones para evitar la toxicidad de vitaminas
Comer una amplia variedad de alimentos saludables es la mejor manera de obtener todas las vitaminas que necesita, según MedlinePlus. A diferencia de los suplementos vitamínicos, los alimentos generalmente no contienen vitaminas en cantidades lo suficientemente altas como para presentar riesgos para la salud, como daño hepático. Sin embargo, si está embarazada, tiene una ingesta dietética insuficiente de ciertas vitaminas o tiene una afección médica como una enfermedad hepática que inhibe la absorción de vitaminas, es posible que deba tomar suplementos vitamínicos según lo recetado o recomendado por su médico.