Trabajar los músculos durante el ejercicio genera calor. Cuanto más intenso y prolongado sea el ejercicio, más calor generarán tus músculos. Su cuerpo disipa este calor principalmente sudando. A medida que se evapora el sudor, se pierde calor corporal. Un ligero aumento en la temperatura corporal no es inusual durante o inmediatamente después del ejercicio, especialmente si el ambiente es cálido y húmedo.
Sin embargo, una elevación significativa en la temperatura corporal podría indicar agotamiento por calor, golpe de calor u otra condición grave. No se debe ignorar una fiebre alta o persistente después del ejercicio.
Fiebre después del ejercicio
Un entrenamiento intenso o un evento deportivo que implique más esfuerzo físico del que estás acostumbrado puede conducir a una elevación excesiva de la temperatura corporal. Conocido por el término médico enfermedad por calor de esfuerzo (EHI), esta condición es más probable que ocurra en condiciones cálidas y húmedas. Un ambiente cálido y húmedo limita la efectividad de enfriar su cuerpo a través de la sudoración.
La sudoración intensa en un ambiente cálido también hace que pierdas más agua corporal, lo que compromete aún más la capacidad de tu cuerpo para mantener una temperatura corporal normal. Aunque es menos común, el EHI también puede ocurrir con ejercicio prolongado o intenso en condiciones ambientales frías, especialmente si su ropa o equipo de protección limita la capacidad de su cuerpo para enfriarse.
Condiciones de enfermedad por calor de esfuerzo
EHI abarca un grupo de afecciones relacionadas con el calor que pueden ocurrir con ejercicio intenso. Estas condiciones varían de leves a potencialmente mortales. El nivel de aumento de la temperatura corporal junto con otros factores, como el estado de hidratación y el equilibrio electrolítico, son clave para determinar la gravedad de la EHI.
La Declaración de posición de la Asociación Nacional de Entrenadores de Atletismo sobre las enfermedades por calor por esfuerzo describe tres condiciones de EHI: calambres musculares asociados con el ejercicio, agotamiento por calor por esfuerzo y golpe de calor por esfuerzo.
La temperatura corporal es un factor importante para diferenciar el agotamiento por calor de esfuerzo del golpe de calor. Una temperatura de 104 F o más típicamente indica golpe de calor de esfuerzo. Una temperatura corporal elevada inferior a 104 F sugiere agotamiento por calor por esfuerzo. Sin embargo, la capacidad de tolerar una temperatura corporal elevada varía, por lo que los signos y síntomas que lo acompañan también son importantes.
Signos y síntomas de EHI
Los calambres musculares pueden desarrollarse con ejercicio intenso a cualquier temperatura, pero ocurren con mayor frecuencia en un ambiente caluroso. El desarrollo de calambres musculares puede ser el primer signo de sobrecalentamiento. Descansar e hidratarse son los mejores en esta situación.
El ejercicio continuo acompañado de una temperatura corporal elevada podría provocar agotamiento por calor, lo que requiere un tratamiento rápido para enfriar y rehidratar el cuerpo. Los síntomas comunes incluyen:
- Mareo
- Mareo o desmayo
- Náuseas, diarrea o calambres abdominales.
- Debilidad y rendimiento reducido
- Sudoración profusa o piel fría y húmeda.
- Hiperventilación
- Dolor de cabeza
El golpe de calor por esfuerzo es potencialmente mortal y requiere atención médica de emergencia. Además de una temperatura corporal de 104 F o más, los síntomas pueden incluir
- Desorientación
- Confusión
- Irritabilidad
- Agresividad o comportamiento irracional.
- Escalonamiento o colapso
- Piel caliente que puede estar húmeda o seca.
- Vómitos o diarrea
- Desmayo
- Convulsiones o coma
Advertencias y consideraciones
Una fiebre de menos de 104 F después del ejercicio generalmente se relaciona con un esfuerzo excesivo y, por lo general, vuelve a la normalidad en una o dos horas con descanso e hidratación. Tenga en cuenta también que a veces se produce fiebre por coincidencia después de un ejercicio intenso, pero no está relacionado. Esté atento a otros signos y síntomas de enfermedades comunes, como un resfriado, gripe o un virus estomacal.
Una fiebre persistente o tardía después de un ejercicio intenso o prolongado podría indicar otro problema. Por ejemplo, el ejercicio extremo cuando no estás acostumbrado a él puede provocar la degradación del tejido muscular. Esta afección, conocida como rabdomiólisis por esfuerzo, se caracteriza por dolor muscular generalizado, sensibilidad y debilidad que se desarrolla y progresa después del ejercicio excesivo.
La fiebre también generalmente se desarrolla junto con la orina de color té o cola, debido a la fuga de proteínas musculares en el torrente sanguíneo. Se necesita atención médica inmediata para prevenir complicaciones graves, incluida la insuficiencia renal.