Cálido y fresco del horno con toques de canela flotando en el aire y tentando a sus papilas gustativas a sucumbir a su dicha pegajosa y crujiente, la manzana crujiente es difícil de dejar pasar. Cuando el helado que solía cubrirse se guarda y la sensación completa se ha instalado en su estómago muy feliz, las sobras están esperando que las aborde. En este punto, parecería una tragedia tirarlo, aunque simplemente no puedes comer otro bocado. Las sobras crujientes de manzana nunca deben desperdiciarse. Almacenarlo en el congelador puede conservarlo para la próxima vez que ocurra el antojo.
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Paso 1
Coloque la manzana crujiente en el refrigerador o en un baño de hielo para reducir la temperatura rápidamente.
Paso 2
Transfiera la manzana crujiente a un recipiente de plástico hermético.
Paso 3
Escriba la fecha actual en un trozo de cinta y péguela en el recipiente.
Etapa 4
Coloque el crujiente en el congelador en una ubicación nivelada para evitar que el crujiente sea empujado hacia un lado y se congele sobre sí mismo.
Paso 5
Use o deseche la manzana crujiente antes de cuatro meses.
Cosas que necesitarás
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Cubitos de hielo (opcional)
Recipiente de plástico hermético
Cinta
Marcador
Propina
Cuando llegue el momento de recalentar la manzana crujiente, colóquela en el refrigerador para descongelarla parcialmente. Después de una o dos horas, colóquelo en el horno a 350 grados sin cubrir durante unos 20 minutos.