Con su sabor picante y audaz, la rúcula cruda a menudo se agrega a las ensaladas para aumentar el sabor, pero también puedes comer rúcula cocida. Salteado o al vapor, la rúcula cocida entrega una dosis impresionante de vitaminas A y K, no contiene grasa y es muy baja en calorías, según el USDA.
Una vez cocinada, la rúcula regular o la rúcula bebé se pueden comer como guarnición nutritiva o incorporarse a una variedad de recetas para aumentar el valor nutricional y mejorar el sabor.
De acuerdo con la Extensión de la Universidad de Maryland, la rúcula es versátil: puede hervirse, cocerse al vapor, calentarse en el microondas o agregarse a la pasta cuando está cerca de hervir.
Hervir para rúcula cocida
Paso 1: descarta los tallos
Corta los tallos y las hojas amarillas de un montón de hojas de rúcula lavadas con un cuchillo afilado. Desechar los tallos.
Paso 2: agregue un poco de agua
Llena el fondo de una cacerola con una pulgada o dos de agua y coloca las hojas de rúcula en la sartén.
Paso 3: cubra la olla
Cubra la cacerola con una tapa hermética y coloque la sartén a fuego medio-alto.
Paso 4: hervir y retirar del fuego
Lleve a ebullición el agua en el fondo de la cacerola, y luego retire inmediatamente la rúcula del fuego. Esto evitará que las hojas se vuelvan viscosas y demasiado cocidas.
Paso 5: escurrir y servir
Escurra el agua de la cacerola, transfiérala a un plato para servir y sirva la rúcula al vapor con una llovizna de aceite de oliva y sus hierbas y especias favoritas.
Hacer rúcula salteada
Paso 1: eliminar las hojas marchitas
Corta los tallos y las hojas marchitas o amarillas de un montón de rúcula lavada.
Paso 2: calienta un poco de aceite
Caliente el aceite de oliva en una sartén a fuego medio.
Paso 3: espolvorea con condimentos
Coloque suavemente las hojas de rúcula en el aceite caliente y espolvoree las hojas con sus hierbas y especias favoritas.
Paso 4: revuelva con frecuencia
Revuelva las hojas de rúcula con frecuencia con una cuchara ranurada.
Paso 5: retirar del fuego
Retire la sartén del fuego tan pronto como las hojas se marchiten y se hayan vuelto de un color verde vivo.
Paso 6: Servir y disfrutar
Transfiera las hojas de rúcula salteadas a un plato para servir y sazónelas como desee. Un chorro de jugo de limón también mejorará el sabor.
Maneje la rúcula con seguridad
La rúcula se debe lavar a fondo antes de cocinarla para sus mejores recetas de rúcula. Corta los tallos y quita las hojas amarillentas o marchitas del montón de rúcula.
Coloque las hojas en un recipiente con agua fría y gire la rúcula para aflojar la suciedad y la tierra pegada a las hojas. Escurra las hojas y extiéndalas sobre una toalla de papel para que se sequen.
La rúcula es bastante perecedera y debe almacenarse en un refrigerador a 40 grados Fahrenheit o menos, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. Retire las hojas amarillas o marchitas antes de cocinar.
Cosas que necesitarás
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Rúcula lavada
Tabla de cortar
Cuchillo afilado
Cacerola con tapa
Colador
Plato de servir
Aceite de oliva
Hierbas y especias
sartén
Cuchara ranurada
Limón