La frecuencia cardíaca, o pulso, es la cantidad de veces que el músculo cardíaco bombea por minuto. La frecuencia cardíaca cambia a lo largo del día y tiende a ser más baja en la mañana después de una noche de sueño y puede aumentar durante el esfuerzo. Estas son fluctuaciones normales que ocurren cuando el músculo cardíaco responde a las necesidades del cuerpo de sangre y oxígeno en diversas situaciones. Sin embargo, si la frecuencia cardíaca se vuelve demasiado alta o se eleva crónicamente, pueden ocurrir problemas. Una situación que puede causar una frecuencia cardíaca alta es el estrés. Para evitar complicaciones, la clave es comprender cómo el estrés afecta la frecuencia cardíaca y qué pasos se pueden tomar para mantener los niveles de estrés y la frecuencia cardíaca bajo control.
Identificación
A medida que el músculo cardíaco empuja la sangre a través del cuerpo, se ejerce presión contra las paredes de los vasos sanguíneos. Esto se puede sentir como el pulso o la frecuencia cardíaca. El lugar más fácil para sentir el pulso es en la muñeca, que se llama pulso radial, o en el cuello, que es el pulso carotídeo. Colocar el índice y el dedo medio en uno de estos dos puntos y contar la cantidad de veces que se siente el pulso proporcionará la frecuencia cardíaca de un individuo. El pulso puede contarse durante un minuto completo, o puede contarse durante 10 segundos y luego multiplicarse por seis. Según la Asociación Nacional de Médicos de Emergencia, una frecuencia cardíaca normal es de entre 60 y 90 latidos por minuto. Los atletas pueden tener frecuencias cardíacas tan bajas como 40 y algunas personas tienen un pulso mayor de 90 aunque no haya enfermedad presente. Sin embargo, una frecuencia cardíaca que está constantemente por encima de 90 se considera alta y debe evaluarse.
Consideraciones
El estrés es parte de la vida cotidiana, pero es una experiencia subjetiva, según el American Institute of Stress. Lo que es estresante para una persona puede no causarle estrés a otra. Además, todos responden al estrés de manera diferente. Algunos lo toman con calma, mientras que otros tienen dificultades para hacer frente. En cualquier situación en la que el cuerpo se sienta estresado, hay una reacción en cadena de eventos que están diseñados para ayudar al cuerpo a enfrentar la situación. Se liberan varios productos químicos para ayudar al cuerpo a luchar o huir, lo que implica muchos cambios en el cuerpo. Esto incluye aumentar la frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria para ayudar a administrar la sangre y el oxígeno adicionales que el cuerpo necesita y suprimir los sistemas inmunitario y digestivo para ayudar a conservar la energía. Luego, cuando la amenaza ha pasado, el cuerpo vuelve a un estado de reposo.
Advertencias
Si bien la respuesta al estrés es una respuesta natural y útil en ciertas situaciones a corto plazo, pueden surgir problemas cuando la respuesta al estrés se activa constantemente. Esto puede ocurrir si la vida diaria se vuelve estresante debido a problemas familiares, laborales, financieros o de salud. En estas situaciones, la respuesta de lucha o huida puede que nunca se apague por completo, lo que mantiene al cuerpo en un estado constante de excitación. Esto puede crear problemas de salud, según el Journal of the American Medical Association, porque las hormonas liberadas durante la respuesta al estrés, como la adrenalina, hacen que el músculo cardíaco trabaje más y más rápido. Con el tiempo, esto puede conducir a un ritmo cardíaco crónicamente elevado, ritmos cardíacos anormales, insuficiencia cardíaca, ataques cardíacos y muerte súbita cardíaca. Esto es especialmente preocupante en las personas con enfermedades del corazón. Además, las mujeres más que los hombres tienen un mayor riesgo de complicaciones cardíacas debido al estrés.
Prevención / Solución
Aunque la respuesta al estrés puede elevar la frecuencia cardíaca, aprender una técnica de meditación o relajación para controlar el estrés puede ayudar a reducir la frecuencia cardíaca. Según el Instituto Benson-Henry para la Medicina de la Mente y el Cuerpo en el Hospital General de Massachusetts, provocar un estado más tranquilo llamado respuesta de relajación, puede ayudar a disminuir conscientemente la actividad de las ondas cerebrales, disminuir la presión arterial y reducir la frecuencia cardíaca. Esta técnica ha demostrado ser útil para controlar las enfermedades cardíacas y muchas otras afecciones cuando se combina con la atención médica adecuada y las opciones de estilo de vida saludable.
Técnicas de relajación
Practicar técnicas de meditación o relajación no se trata solo de obtener un estado pacífico, también es útil para reducir el desgaste del cuerpo causado por el estrés, según la Clínica Mayo. Hay muchas formas de técnicas de relajación que se pueden utilizar. Sentarse en silencio y concentrarse en la respiración o en una palabra como relajarse o estar en paz es una forma básica. También hay técnicas que utilizan sugerencias o imágenes propias para ayudar a calmar el cuerpo. También hay formas móviles de meditación como el yoga y el tai chi. Hablar de caminar, andar en bicicleta o nadar también puede convertirse en una práctica de meditación. No importa qué forma se use, el objetivo es alejar la mente de los pensamientos preocupantes y permitir que la atención se centre al 100% en la respiración, una palabra, una imagen o la actividad que se realiza. Esto enviará señales a la mente y al cuerpo de que está bien relajarse, lo que a su vez puede reducir la frecuencia cardíaca.