El gasto cardíaco es la cantidad de sangre bombeada de un lado del corazón en un minuto. El promedio para un adulto normal es de aproximadamente 5 litros por minuto. El gasto cardíaco se determina mediante una combinación de la cantidad de sangre expulsada con cada latido, la cantidad de latidos por minuto, la cantidad de sangre que regresa al corazón y la resistencia al flujo sanguíneo a través de los vasos. El gasto cardíaco normalmente aumenta en respuesta a una mayor demanda de oxígeno por parte de los músculos durante el ejercicio, en reacción al peligro, en respuesta a ciertas clases de drogas y en algunas condiciones de salud alteradas.
Respuesta al ejercicio
Durante el ejercicio, generalmente se experimenta un aumento en la frecuencia cardíaca, lo que sugiere que es la causa del aumento del gasto cardíaco y de conducir más sangre a los músculos. Sin embargo, la investigación publicada en la edición de abril de 2012 de "The Journal of Physiology" sugiere un proceso más complicado. Los aumentos en la frecuencia cardíaca por sí solos no aumentaron el flujo sanguíneo en los voluntarios probados y, de hecho, disminuyeron la cantidad de sangre expulsada con cada latido. Cuando los músculos realizan trabajo, su demanda de más oxígeno hace que sus vasos sanguíneos se agranden, lo que permite que fluya más sangre hacia ellos y de regreso al corazón. El corazón también responde aumentando la fuerza de sus contracciones y la cantidad de sangre expulsada con cada latido, aumentando así el gasto cardíaco.
Peligro percibido
El hipotálamo es una parte del cerebro llamada "primitiva", porque está presente y funciona de manera similar en animales que no tienen las estructuras cerebrales "superiores" que permiten el pensamiento abstracto, el lenguaje y otras funciones que se ven en los humanos. Dentro del hipotálamo, algunas células responden a las amenazas, el miedo y la ansiedad liberando químicos que estimulan a otros órganos a liberar adrenalina, esteroides y otros compuestos que preparan al cuerpo para enfrentar el peligro percibido. Esta es la respuesta de "lucha o huida", parte de la cual incluye un aumento en el gasto cardíaco para proporcionar oxígeno y nutrientes necesarios como combustible para la actividad repentina.
Fármacos que contrarrestan las respuestas hiperactivas del sistema nervioso
Cuando los receptores de los vasos sanguíneos detectan la presión arterial baja, el sistema nervioso libera hormonas, principalmente adrenalina y compuestos relacionados, que aumentan la fuerza de las contracciones del corazón y tensan los vasos sanguíneos, produciendo un aumento en el gasto cardíaco y la presión arterial.. En ráfagas cortas, estas reacciones son positivas y útiles. Sin embargo, en las personas con insuficiencia cardíaca, la producción continua de estas hormonas comienza a endurecer los músculos del corazón y los vasos sanguíneos y puede disminuir el gasto cardíaco. Como se revisó en la edición de septiembre de 2013 de "Frontiers in Physiology", los medicamentos como el carvedilol (Coreg) pueden bloquear estos efectos hormonales negativos y ayudar a apoyar el gasto cardíaco. Otros medicamentos pueden aumentar directamente el gasto cardíaco, como la dobutamina utilizada en las unidades de cuidados críticos para contrarrestar el shock y otras causas de bajo gasto.
Condiciones que aumentan el gasto cardíaco
La cirrosis del hígado hace que los vasos sanguíneos se abran de manera anormal, disminuyendo la resistencia al flujo sanguíneo y, por lo tanto, aumentando el gasto cardíaco. El aumento del gasto cardíaco también es una respuesta temprana a infecciones graves, anemia, deficiencia de tiamina (Beriberi) y ciertos otros trastornos, causados principalmente por cambios similares en el flujo sanguíneo. En el embarazo, el corazón de la madre aumenta su producción para ayudar a suministrar al feto y la placenta oxígeno y nutrientes adecuados. Un exceso de hormona tiroidea actúa de manera muy similar a la epinefrina y también aumenta el gasto cardíaco.
