La mayoría de las personas experimentan dificultad para respirar, una afección médicamente conocida como disnea, que generalmente se debe a factores como el esfuerzo físico. Cuando experimenta continuamente dificultad para respirar, la sensación de que no puede obtener suficiente aire, puede ser causada por una afección que afecta la capacidad de su cuerpo para ingerir o circular el oxígeno que necesitan sus células. Debido a que los electrolitos equilibran el volumen de sangre y transmiten impulsos eléctricos que hacen que su corazón siga latiendo rítmicamente, un desequilibrio electrolítico puede causar dificultad para respirar.
Falta de aliento
Los problemas respiratorios como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o el asma pueden causar dificultad para respirar, pero la respiración también puede ocurrir cuando las células se sienten privadas de oxígeno. Cuando respira, sus pulmones ingieren oxígeno y permiten que el oxígeno ingrese al torrente sanguíneo. Los glóbulos rojos transportan oxígeno por todo el cuerpo para que las células los usen. Los cambios en la presión arterial y la función cardíaca afectan el movimiento de oxígeno a las células y pueden causar dificultad para respirar.
El equilibrio de fluidos
Los electrolitos juegan un papel vital en el mantenimiento del volumen sanguíneo, lo que afecta su presión arterial. Dos electrolitos importantes, sodio y potasio, trabajan juntos para equilibrar el nivel de líquido. Los iones de potasio ingresan a sus células, mientras que la mayoría de los iones de sodio permanecen en el líquido que rodea sus células. Debido a que ambos atraen agua, esto ayuda a equilibrar el nivel de líquido dentro y fuera de las células. Un desequilibrio en el sodio o el potasio puede aumentar el volumen sanguíneo, lo que hace que la presión arterial aumente o disminuya el volumen sanguíneo, causando presión arterial baja. La presión arterial baja disminuye el flujo de oxígeno a las células, lo que puede causar dificultad para respirar. La presión arterial alta hace que su corazón trabaje más, lo que requiere más oxígeno, lo que le hace sentir dificultad para respirar.
Función del corazón
Los electrolitos regulan las contracciones musculares, lo que las hace vitales para la función cardíaca. Un grupo especializado de células en su corazón, conocido como el nodo sinusal, envía pequeños impulsos eléctricos. Estos impulsos estimulan los iones de sodio que rodean las células musculares para llevar el impulso a la célula. Esto estimula la estructura celular interna conocida como retículo sarcoplásmico para liberar iones de calcio en la porción líquida de la célula, lo que provoca que la célula se contraiga. Los iones de magnesio que se encuentran en la porción líquida de la célula generan cargas eléctricas que impulsan el calcio hacia la estructura interna, permitiendo que la célula se relaje. Un desequilibrio de cualquiera de estos electrolitos interfiere con este proceso, causa latidos cardíacos irregulares, inhibe el flujo normal de sangre oxigenada y puede provocar dificultad para respirar.
Causas del desequilibrio
La causa más común de un desequilibrio electrolítico es la pérdida excesiva de líquido. Esto puede ocurrir debido a diarrea, vómitos o sudoración excesiva. En estos casos, es importante reemplazar los líquidos perdidos para restablecer el equilibrio de los electrolitos. Sus riñones también juegan un papel en el mantenimiento del equilibrio de electrolitos al eliminar el exceso de líquidos y minerales, o electrolitos, de su sangre. En condiciones de insuficiencia renal, como la enfermedad renal, los niveles excesivos de electrolitos permanecen en la sangre, lo que puede afectar tanto la presión arterial como la función cardíaca y provocar síntomas como falta de aliento.