Cualquier enfermedad puede alterar su horario de entrenamiento, pero las infecciones del oído interno pueden alterar un elemento esencial para muchas actividades físicas: su sentido del equilibrio. Las actividades complejas dependen de la retroalimentación de su oído interno para brindarle conocimiento posicional. Sin ese sentido, podría marearse o ser susceptible a caídas. Una infección importante también puede hacer que te sientas febril o drenado y que no puedas realizar un ejercicio extenuante. Hable con su médico antes de hacer ejercicio con una infección del oído interno.
Equilibrar
Los tres pequeños bucles en su oído interno que conforman su sistema vestibular pierden su eficacia cuando tiene una infección del oído interno. Cada bucle mide el movimiento a lo largo de un eje diferente; su cerebro sintetiza esta entrada con información de sus ojos. Sin el apoyo adecuado de su sistema vestibular, su cuerpo tampoco puede mantener el equilibrio. Puede pensar en caminar y trotar como movimientos naturales que requieren poco esfuerzo, pero sin una sensación intacta de equilibrio, descubrirá que son más complejos de lo que pensaba. Si trotar se convierte en un desafío, intente caminar mientras la infección del oído interno disminuye su sentido del equilibrio. Si caminar también lo deja a un lado, espere el ejercicio hasta que recupere el equilibrio.
Vértigo
Con los trastornos del equilibrio pueden venir vértigo y mareo. Cuando las percepciones de sus ojos no coinciden con la información de su oído interno, se siente desorientado. Si este desajuste continúa, puede comenzar a sentir náuseas. Si eres propenso al mareo y has intentado leer un libro en un vehículo en movimiento, puedes reconocer este fenómeno incómodo. En circunstancias normales, el movimiento de su cuerpo no produce mareos y mareos, pero cuando su oído interno alimenta al cerebro con señales falsas que no coinciden con lo que ve, una gran posibilidad de una infección grave del oído, podría tener náuseas solo por la actividad física.
Aguante
Cuando tienes una infección, tu cuerpo asigna recursos para combatirla, dejándote fácilmente cansado e indiferente. Un entrenamiento moderado puede darle energía cuando está bien, pero si está luchando contra una enfermedad, es posible que no tenga la resistencia para terminar su régimen de ejercicio típico. Si estás acostumbrado a correr por una pista de 6 millas, podrías encontrarte a mitad de camino con poca energía para regresar. Modifique sus planes de ejercicio para acomodar su infección del oído interno eligiendo rutas que lo mantengan más cerca de su hogar para que tenga menos tiempo de viaje si debe acortar su entrenamiento.
Presión y dolor
Una infección del oído interno puede causar una presión y dolor significativos que empeoran al mover la cabeza. Las rutinas de ejercicio que requieren una gran cantidad de movimientos de la cabeza o que implican un impacto discordante pueden exacerbar el dolor y la presión de una infección del oído interno. Si nada, la presión del agua puede causar un dolor intenso cuando sumerge la cabeza más de un pie o 2 debajo del agua.