El oxígeno es esencial para la función metabólica de todas las células, y el cuerpo no puede sobrevivir sin él. Los pulmones son una parte importante de un sistema mayor que suministra oxígeno a todo el cuerpo. Los ejercicios de respiración mejoran la capacidad de su cuerpo para absorber y utilizar este elemento. La función pulmonar mejorada también protege contra la aparición de enfermedades. Holger Schunemann, MD, investigador principal de un estudio sobre la conexión entre la función pulmonar y la mortalidad, declaró: "El pulmón es un organismo de defensa primario contra las toxinas ambientales. Podría ser que la función pulmonar deteriorada podría conducir a una disminución de la tolerancia a estas toxinas". Una mayor capacidad pulmonar no solo mejora la resistencia, sino que generalmente da como resultado una mejor salud general.
Empujando
Este ejercicio fue popularizado por los doctores Paul y Patricia Bragg, autores de Super-Power Breathing. Asuma una postura erguida, preferiblemente de pie en un suelo plano. Manteniendo las dos rodillas sueltas, inclínese desde la cintura y expulse simultáneamente todo el aire de los pulmones. Vuelva lentamente a una posición vertical, inhalando a la misma velocidad. Llena tus pulmones en el mayor grado posible cómodamente y mantén esta respiración contando hasta 20. Si 20 segundos es demasiado, elige un momento que puedas manejar. Mientras cuenta, extienda ambos brazos completamente por encima. Relájate, baja los brazos y exhala lentamente. Completa este ciclo cuatro veces.
Estiramiento de costillas
De pie, expulsa todo el aire de tus pulmones. Inhale lentamente, expandiendo sus pulmones a su máxima capacidad. Mantenga el aire por hasta 20 segundos. Mientras cuenta, descanse ambas manos sobre sus caderas, los pulgares mirando hacia el frente con los meñiques tocándose en la parte baja de la espalda. Libere el aire lentamente y relájese. Repite tres veces más.
Respiración abdominal
Acuéstese en una posición cómoda sobre su espalda. Apoye una mano sobre su abdomen y la otra sobre su pecho. Respire profunda y lentamente, tirando de su sección media. Cuando se hace correctamente, la mano sobre su vientre se elevará más que la otra. Exhale lenta y completamente por la boca. Inhale completamente por la nariz, conteniendo la respiración al final durante siete segundos si es posible. Exhale lentamente hasta contar hasta ocho. Aprieta los músculos abdominales hacia el final para descargar el aire residual. Respira de esta manera durante cinco ciclos completos.