La idea detrás de la dieta antiestrogénica es que los altos niveles de estrógeno aumentan el riesgo de enfermedades relacionadas con las hormonas, como los fibromas, los síntomas de la menopausia, el síndrome premenstrual, la endometriosis y el cáncer. Cambiar su dieta para incluir menos alimentos que aumenten los niveles de estrógeno en su cuerpo y más alimentos que disminuyan el estrógeno está destinado a minimizar los síntomas de desequilibrio de estrógenos, incluida la fatiga crónica, la incapacidad para tolerar el estrés y la reducción de la libido. La investigación respalda la idea de que los cambios en la dieta pueden afectar los niveles de estrógeno, pero esto no necesariamente significa que estos cambios tratarán o curarán cualquier afección.
Alimentos para comer
Nueces y semillas, aceitunas, frutas y verduras frescas, frijoles, huevos orgánicos, pescado capturado en la naturaleza, yogur bajo en grasa, queso añejo y granos integrales se recomiendan en una dieta antiestrogénica. El café, el té, las frutas cítricas, los aguacates y las verduras crucíferas, como el brócoli y el repollo, pueden ser particularmente beneficiosos.
Alimentos para minimizar
Limite la cantidad de carne, pasta y pan que come en una dieta antiestrogénica. Tener sobrepeso puede aumentar la cantidad de estrógeno en su cuerpo, por lo tanto, evite los alimentos ricos en grasas. Las grasas animales tienden a tener un efecto más adverso que las grasas vegetales, señala el Comité de Médicos para la Medicina Responsable, así que obtenga su grasa de fuentes vegetarianas saludables, como el aceite de oliva, aguacate, nueces y semillas.
Base científica
Un estudio publicado en "The Journal of Nutrition" en 2006 midió los efectos de varios factores de dieta y estilo de vida sobre los niveles de estrógeno. El estudio encontró que la cafeína, el alcohol, el tabaquismo y el tamaño corporal pueden aumentar los niveles de estrógeno, mientras que la fruta, los alimentos ricos en polifenoles como las bayas y la fibra pueden disminuir los niveles de estrógeno. El café y el té verde no afectaron negativamente los niveles de estrógeno, a pesar de que contienen cafeína. Esto parece estar en línea con las recomendaciones para una dieta antiestrogénica.
Patrones dietéticos beneficiosos
Un estudio publicado en "Nutrición y Cáncer" en 2006 encontró que las mujeres que siguieron una dieta mediterránea tradicional durante seis meses pudieron disminuir sus niveles de estrógeno en más del 40 por ciento en comparación con el grupo de control, que continuaron comiendo sus dietas regulares. Una dieta mediterránea limita la carne roja, los dulces, los huevos y la mantequilla al tiempo que enfatiza alimentos como el aceite de oliva, mariscos, frutas, verduras y granos. Otro patrón de alimentación potencialmente beneficioso es una dieta baja en grasas y alta en fibra. Un estudio publicado en el "Journal of Clinical Oncology" en 2004 encontró que este tipo de dieta redujo los niveles de estradiol, una forma de estrógeno, incluso sin pérdida de peso.