Incluso si ha comido el desayuno, su estómago quejumbroso puede tentarlo a buscar una merienda en una máquina expendedora antes del almuerzo. No seas esclavo de tus dolores de hambre; en cambio, elige los alimentos que comes sabiamente y mantente lleno toda la mañana. Hable con su médico antes de realizar cambios en su plan de dieta, especialmente si tiene afecciones médicas o alergias alimentarias.
No hay desayuno
Desayuno no saludable
Un desayuno lleno de azúcar y carbohidratos refinados, como el pan blanco o una rosquilla, puede llenarlo durante varios minutos, pero no lo satisfará durante toda la mañana. Los carbohidratos refinados se convierten inmediatamente en azúcar en el cuerpo, dejándolo nervioso e insatisfecho. En cambio, coma un desayuno que esté cargado de carbohidratos complejos, que tardan más en digerirse y lo mantienen lleno durante períodos de tiempo más largos. Además, si come un desayuno lleno de basura, es más probable que continúe haciendo elecciones de alimentos poco saludables durante el resto del día. Comience el día cargado de carbohidratos nutritivos integrales como la avena con bayas, un panecillo integral o un tazón de cereal integral con leche.
Sin merienda a media mañana
Incluso si ha tenido un desayuno nutritivo lleno de carbohidratos complejos, es posible que sienta náuseas algunas horas después de comer. En lugar de contestar la llamada con un refrigerio de la máquina expendedora, elija un refrigerio que tenga un alto contenido de agua, como palitos de zanahoria y apio, para mantenerlo lleno hasta el almuerzo. Coma un refrigerio que contenga aproximadamente 200 calorías, como rodajas de manzana con mantequilla de maní, para mantenerlo satisfecho.
No hay suficiente agua
Sentir hambre en la mañana puede no tener nada que ver con los alimentos que está comiendo. Si no está bebiendo suficiente agua, puede sentir punzadas de hambre cuando ni siquiera tiene hambre. Antes de tomar un refrigerio, beba un gran vaso de agua. Ese ruido de estómago puede haber sido una señal de que tienes sed, no hambre. Apunte a ocho vasos de agua al día para mantenerse adecuadamente hidratado.