Las vitaminas juegan un papel esencial en el desarrollo saludable de un niño. Los factores de crecimiento, desde la reparación de tejidos y huesos hasta la formación de músculos y dientes, dependen de un suministro saludable de vitaminas. En general, la dieta de un niño proporciona muchas vitaminas para cubrir todas sus necesidades de crecimiento. Esto es cierto incluso para los comedores quisquillosos, ya que muchos alimentos están fortificados con vitaminas. Solo en ciertos casos debe considerar darle a su hijo un multivitamínico. Hable con su pediatra o dietista antes de administrarle multivitaminas a su hijo.
Vitamina a
La vitamina A es una de las vitaminas más importantes para el desarrollo saludable de un niño. La vitamina es vital para el crecimiento óseo, la buena visión y la regulación del sistema inmune para ayudar a prevenir infecciones. La vitamina A promueve la producción de glóbulos blancos, que combaten los radicales libres y las bacterias en el cuerpo de un niño. Además, la vitamina es crucial para ayudar a formar los revestimientos superficiales de los ojos, así como las vías urinarias, intestinales y respiratorias. Las fuentes de alimentos que son ricos en vitamina A incluyen leche entera, hígado y carne de res, queso, jugo de zanahoria, espinacas, col rizada y albaricoques.
Complejo de vitamina B
Las vitaminas B-2, B-3, B-5 y B-12 contribuyen en gran medida a las necesidades crecientes de un niño. La vitamina B-2, también conocida como riboflavina, ayuda al cuerpo a convertir los alimentos en energía e impacta los músculos, los nervios y el corazón. La niacina, o vitamina B-3, también juega un papel en la producción de energía. Además, mantiene la piel, así como los sistemas nervioso y digestivo saludables y funcionan correctamente. La vitamina B-5, o ácido pantoténico, estimula el crecimiento y desarrollo normales. La vitamina B-12, o cobalamina, ayuda al cuerpo a utilizar el ácido fólico y los carbohidratos, que influyen en el crecimiento. Carne, pollo, pescado, nueces, leche, queso, huevos, soja y frijoles son buenas fuentes de las diversas vitaminas B.
Vitamina C
La vitamina C es un nutriente soluble en agua presente en ciertos alimentos y actúa como un antioxidante importante en el cuerpo. Mientras que la vitamina C ayuda principalmente a combatir infecciones y radicales libres, este antioxidante también contribuye a la producción de colágeno. Esta proteína es crítica para ayudar al cuerpo a sanar y recuperarse de las heridas. El hierro, un mineral esencial para el crecimiento, se absorbe más eficientemente cuando la vitamina C está presente en el sistema. Una variedad de frutas y verduras proporcionan grandes cantidades de vitamina C, especialmente las frutas cítricas.
Vitamina D
Atún. Crédito: anna1311 / iStock / Getty ImagesLa vitamina D ayuda a los niños a desarrollar huesos fuertes. La vitamina en sí no crea huesos fuertes, sino que ayuda al cuerpo a absorber el calcio, el mineral que es esencial para el correcto desarrollo y mantenimiento de los huesos. Los niños que no reciben suficiente vitamina D pueden desarrollar raquitismo, una condición que hace que los huesos se vuelvan blandos y quebradizos. Otros beneficios de la vitamina D incluyen la protección del sistema inmunitario y la neurotransmisión adecuada. Los alimentos ricos en vitamina D incluyen leche, pescado graso, como atún, caballa y salmón, y champiñones.
Suplementación
Fomentar una alimentación saludable. Crédito: BananaStock / BananaStock / Getty ImagesAnime a su hijo a obtener sus vitaminas comiendo una dieta sana y equilibrada. Solo en ciertos casos debe recurrir a multivitaminas. Si su hijo tiene un trastorno alimentario o no puede comer comidas regulares y bien balanceadas, las multivitaminas pueden ser apropiadas. Los niños con enfermedades crónicas, alergias alimentarias o dietas restrictivas pueden estar en riesgo de deficiencias vitamínicas. Si su hijo tiene estos factores de riesgo, hable con su médico para ver si su hijo podría beneficiarse de las multivitaminas.