Si alguna vez anhelaste helado, chocolate u otros alimentos cargados de calorías después de un día estresante, no estás solo. Muchas personas buscan estos alimentos reconfortantes no solo por su sabor, sino porque también alivian los efectos de la ansiedad crónica. Si bien alcanzar otra porción de pizza puede hacerte sentir inmediatamente mejor, la alimentación emocional tiene efectos secundarios significativos a largo plazo, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.
La respuesta al estrés
Cuando experimentas una situación peligrosa, tu cerebro transmite una señal a tu cuerpo, diciéndole que produzca una hormona llamada cortisol. El cortisol lo ayuda a responder al peligro elevando su ritmo cardíaco, acelerando su metabolismo y haciéndolo más alerta. Esto se conoce como la respuesta de "lucha o huida". Cuando el cortisol llega a su cerebro, tiene un efecto automático de "apagado". Su cerebro le dice a su cuerpo que deje de producir cortisol y luego podrá relajarse.
Ansiedad y estrés crónico
Cuando nuestros cuerpos se enfrentan al estrés crónico, la respuesta de producción de cortisol no cesa. La producción de cortisol se acelera y nuestros cuerpos se vuelven constantemente alertas y ansiosos.
Según "Psychology Today", este estrés constante también activa otros receptores de estrés. Uno de estos receptores le dice al cuerpo que busque y consuma alimentos cargados de calorías y grasas. El aumento de cortisol mueve estas calorías a su abdomen, que está cerca de su hígado, y le permite a su hígado convertir inmediatamente las calorías en energía para ayudarlo a lidiar con el estrés constante. Estos depósitos grasos le dicen a su cerebro que apague la producción de cortisol y usted comienza a relajarse.
Consideraciones
Si bien comer alimentos ricos en grasas ayuda a disminuir su ansiedad a corto plazo, la alimentación emocional puede tener efectos desastrosos para la salud a largo plazo. Si se enfrenta a un estrés constante como resultado de vivir una vida ocupada, puede confiar en la disponibilidad de una gran cantidad de alimentos reconfortantes ricos en calorías y sus reservas de energía no se agotarán. Las calorías consumidas en respuesta al cortisol provocan la acumulación de grasa en su abdomen. El exceso de peso alrededor del abdomen puede provocar diabetes y enfermedades cardíacas.
Soluciones
La buena noticia es que no tiene que salir de situaciones estresantes. El ejercicio, la meditación, el yoga y la actividad sexual también estimulan la parte de tu cerebro que te hace buscar alimentos ricos en calorías durante los momentos estresantes. Las técnicas de relajación, como los ejercicios de respiración y la mediación, si se practican regularmente, también pueden ayudar a su cuerpo a evitar la respuesta al estrés.
Dormir lo suficiente puede ayudar a su cuerpo cuando se enfrenta al estrés. Un cuerpo cansado puede ser más susceptible a los efectos de la producción de cortisol, así que asegúrese de dormir al menos ocho horas todas las noches.
La medicación también puede ayudar a aliviar sus síntomas de ansiedad y puede ayudarlo a evitar buscar alimentos cuando sus niveles de estrés son altos. Consulte a su médico para más información.
Ejercicio
El ejercicio cardiovascular regular es particularmente útil para el manejo del estrés, la depresión y la ansiedad. Según MayoClinic.com, aunque todavía no se conoce el vínculo directo entre el ejercicio y la disminución de la ansiedad, el ejercicio puede ayudar a aumentar la temperatura de su cuerpo, lo que puede ayudarlo a relajarse. Además, el ejercicio libera químicos cerebrales llamados endorfinas, que lo ayudan a sentirse mejor. Hacer ejercicio, al ayudarlo a quemar calorías y perder peso, también puede aumentar su confianza y ayudarlo a sentirse mejor con su cuerpo, lo que puede ayudarlo a resistir la tentación de los alimentos reconfortantes.
