Los duraznos jugosos son un excelente refrigerio que simplemente se come sin control, o puede usar la fruta en cualquier cantidad de recetas de postres, incluidos pasteles y tartaletas. Los duraznos proporcionan una buena fuente de vitaminas A y C, así como de fibra, informa la Extensión de la Universidad de Clemson. Tampoco tiene que preocuparse por exagerar su asignación diaria de calorías cuando toma un durazno: una fruta de 2 1/2 pulgadas contiene solo 35 calorías. Siempre lave los duraznos antes de comerlos o usarlos porque los pesticidas, la suciedad y otros residuos probablemente aún cubran la piel.
Paso 1
Retire los tallos y las hojas aún presentes en los duraznos.
Paso 2
Cepille cualquier suciedad o residuo visible a mano.
Paso 3
Llena un tazón o llena parcialmente el fregadero de la cocina con agua, agregando una pequeña cantidad de jabón a medida que se llena.
Etapa 4
Coloque los duraznos en el tazón o fregadero, frotando la superficie de la fruta para eliminar la suciedad y los residuos.
Paso 5
Enjuague los duraznos en agua corriente fría.
Paso 6
Seque los duraznos suavemente con una toalla de cocina limpia o toallas de papel o colóquelos sobre una toalla limpia para que se sequen al aire.
Cosas que necesitarás
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cuenco
Agua del grifo
Jabón
Toallas de cocina o toallas de papel.
Propina
No use un cepillo para fregar vegetales para lavar los duraznos. La delicada fruta puede presentar hematomas o la piel puede desprenderse debido a la abrasión del pincel.
Debido a que muchos de los nutrientes en los duraznos y otras frutas de hueso están en la piel, el consumo de la fruta con la cáscara aumenta su valor nutricional.
Cuando compre duraznos, busque frutas con un fuerte olor a durazno que cedan ligeramente cuando las aprieta entre sus dedos. Seleccione melocotones con un color de fondo amarillo dorado, y recuerde que un color rojizo no necesariamente indica madurez, informa la Extensión de la Universidad de Clemson.