Taquicardia es el término médico para un latido cardíaco muy rápido. Las madres que tienen afecciones médicas especiales, como enfermedad de la tiroides o diabetes, pueden dar a luz a recién nacidos que están temporalmente taquicárdicos debido a niveles alterados de hormonas y glucosa. Debido a que puede ser un signo de una afección subyacente grave, un médico debe evaluar siempre una frecuencia cardíaca muy rápida en los bebés.
Síndrome de Wolff-Parkinson-White
Algunos bebés nacen con tejido eléctrico accesorio en el corazón que causa episodios de frecuencia cardíaca rápida. Una frecuencia cardíaca normal para los bebés es inferior a 150 latidos por minuto. La Guía de salud del New York Times afirma que el síndrome de Wolff-Parkinson-White es una de las causas más comunes de taquicardia en bebés y niños. Normalmente, los impulsos eléctricos en el corazón son producidos, conducidos y regulados por una cantidad finita de células y tejidos especializados. En el síndrome de Wolff-Parkinson-White, hay células adicionales y una vía accesoria, lo que provoca latidos cardíacos adicionales que casi pueden duplicar la frecuencia cardíaca normal. Dependiendo de la gravedad de la afección, los episodios de taquicardia pueden ser pocos o frecuentes. El diagnóstico puede retrasarse si no se produce taquicardia durante la prueba. Un ECG puede mostrar una anormalidad llamada onda delta. Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos o un procedimiento conocido como ablación por catéter, que destruye las células productoras de impulso adicionales con radiofrecuencia.
Efectos secundarios de la medicación
No se ha demostrado que los medicamentos de venta libre reduzcan los síntomas de tos y resfriado de los niños, mientras que se han atribuido efectos adversos graves, incluidas las muertes infantiles, a estos remedios. Un artículo publicado en el "American Family Physician" de marzo de 2002 afirma que la taquicardia puede estar asociada con varios ingredientes, incluidos los antihistamínicos como la clorfeniramina y la bromfeniramina y los descongestionantes como la pseudoefedrina, así como el dextrometorfano supresor de la tos. La frecuencia cardíaca rápida también es un efecto secundario común de los medicamentos broncodilatadores como el albuterol, la epinefrina o el salmeterol, que se usan para aliviar los síntomas de asma o infecciones pulmonares. Estos pueden administrarse en tratamientos de respiración. La cafeína y la teofilina son medicamentos estimulantes con efectos secundarios similares que se pueden recetar para la apnea infantil, una condición que hace que los bebés pequeños dejen de respirar periódicamente.
Deshidración
MayoClinic.com enumera los latidos cardíacos rápidos como un signo de deshidratación. La pérdida de fluidos corporales debido a una alimentación deficiente, la transpiración excesiva, los vómitos o la diarrea pueden reducir el volumen sanguíneo y hacer que el corazón lata más rápido para mantener la presión arterial normal. La deshidratación es una causa común de muerte infantil, especialmente en los países en desarrollo. Si un bebé no puede retener soluciones orales de electrolitos pediátricos, entonces es necesaria la rehidratación con líquidos intravenosos.
Infección
Un pulso muy rápido puede ser un signo de una infección grave. KidsHealth informa que los hemocultivos se realizan para diagnosticar la presencia de organismos bacterianos o fúngicos que se han propagado desde un sitio original de infección al torrente sanguíneo. Dichas infecciones suelen causar taquicardia, fiebre, escalofríos y un recuento elevado de glóbulos blancos. Las enfermedades de este tipo incluyen meningitis, endocarditis, osteomielitis o celulitis.