Las proteínas alimentarias deben descomponerse en aminoácidos que su cuerpo utiliza para el crecimiento, mantenimiento y reparación de los tejidos. La enzima llamada tripsina, presente en el jugo pancreático, es esencial para la digestión eficiente de proteínas. Los trastornos de la producción de tripsina no solo pueden dificultar los procesos digestivos, sino que también pueden dañar el páncreas. La producción de tripsina en tejidos distintos al páncreas puede estar involucrada con el proceso del cáncer.
Digestión de proteínas
La tripsina es una enzima digestiva de proteínas presente en los jugos pancreáticos secretados en el intestino delgado durante una comida. Su páncreas segrega tripsina como una proenzima inactiva llamada tripsinógeno. Una vez en el intestino, una enzima llamada enteropeptidasa, que es secretada por las células intestinales, corta un pequeño trozo de tripsinógeno para producir la enzima tripsina activa. La tripsina activada, a su vez, ayuda a descomponer las proteínas de los alimentos. También activa otras moléculas de tripsinógeno, así como otras enzimas de digestión de proteínas secretadas como proenzimas con jugo pancreático. Por lo tanto, la tripsina es esencial para la función normal de los procesos digestivos que convierten las proteínas de los alimentos en aminoácidos para su absorción.
Inhibidores de la tripsina
Los inhibidores de tripsina son compuestos que pueden unirse fuertemente a la tripsina y bloquear sus capacidades de digestión de proteínas. Un ejemplo de sustancias dietéticas naturales que inhiben la actividad de la tripsina son los inhibidores de Bowman-Birk que se encuentran en la soya y algunas otras semillas de granos de legumbres y cereales. Comer grandes cantidades de alimentos que contienen inhibidores activos de tripsina puede disminuir la calidad nutricional de las proteínas de los alimentos. Sin embargo, cocinar alimentos inactiva en gran medida los inhibidores dietéticos de tripsina. Las células en su páncreas producen otro tipo de inhibidor de tripsina que bloquea la activación prematura de la tripsina y otras enzimas de digestión de proteínas mientras todavía están en el páncreas. Esto evita que su páncreas se autodigerir.
Trastornos de tripsina
Algunas personas nacen con mutaciones en una porción del material genético que codifica la producción de tripsinógeno en el páncreas. Estos trastornos hereditarios raros pueden alterar la estructura del tripsinógeno y producir una condición por la cual la activación del tripsinógeno a la tripsina ya no está regulada adecuadamente y los inhibidores de la tripsina tisular ya no funcionan correctamente. Algunas partes del páncreas pueden auto digerirse, lo que conduce a pancreatitis o inflamación en el páncreas. La activación inadecuada de tripsina y la inflamación en el tejido pancreático también pueden ocurrir con el consumo excesivo de alcohol o si un cálculo biliar bloquea el conducto secretor pancreático. La pancreatitis es una afección grave que puede causar daños irreversibles en los tejidos y la pérdida de secreciones necesarias para los procesos digestivos normales.
Tripsina y cáncer
Se pueden encontrar pequeñas cantidades de tripsina en tejidos que no sean el páncreas, incluidos otros órganos digestivos, la piel, los riñones, el hígado, el cerebro y las células del sistema inmunitario, donde puede estar involucrado con algunos procesos celulares normales. Aunque su papel exacto en el proceso del cáncer no está claro, la tripsina y el inhibidor de la tripsina asociado al tumor pueden producirse a niveles altos en los tejidos cancerosos. Por ejemplo, se encuentra una mayor producción en un gran porcentaje de tumores colorrectales, según un informe publicado en la edición de octubre de 2003 de "Histología e histopatología". El aumento de la producción en tejido canceroso puede estar asociado con un mal pronóstico del cáncer.