Los isquiotibiales apretados y débiles conducen a un cuerpo insalubre e infeliz. Al fortalecer y estirar los músculos isquiotibiales como parte de su rutina diaria de ejercicios, puede lograr muslos fuertes y flexibles que apoyarán al resto de sus grupos musculares, previniendo lesiones y mejorando sus habilidades físicas.
Tres músculos isquiotibiales grandes corren por la parte posterior de cada uno de sus muslos. Según la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos, estos músculos son propensos a sufrir lesiones si no trabaja para mantenerlos sueltos y fuertes.
1. Previene el dolor lumbar
Fortalecer y estirar los isquiotibiales reduce el dolor lumbar. Sus músculos isquiotibiales apoyarán mejor su espalda y pelvis mientras se mueve si los músculos son fuertes y flexibles.
Mantenga los músculos de los isquiotibiales sueltos y alivie el dolor de la parte baja de la espalda realizando estiramientos como los toques de los dedos de los pies, un estiramiento común de los isquiotibiales en el que se dobla hacia adelante y estira los dedos hacia los dedos de los pies mientras mantiene las piernas rectas.
2. Reduce las lesiones
Prevenga las lesiones relacionadas con el deporte y el ejercicio estirando los músculos isquiotibiales para que sigan siendo flexibles. Los músculos isquiotibiales fuertes y flexibles pueden sostener su cuerpo durante el ejercicio y ayudar a prevenir lesiones, especialmente durante la carrera.
Para estirar los isquiotibiales antes de un entrenamiento, elija estiramientos dinámicos que mantengan su cuerpo en movimiento (a diferencia de los estiramientos estáticos que se mantienen en un solo lugar). Pruebe los movimientos de las piernas: sostenga una silla o una pared para apoyarse, párese sobre la pierna izquierda y permita que la pierna derecha se balancee hacia adelante y hacia atrás. Solo vaya lo más lejos que pueda hasta que sienta un estiramiento suave. Repita en el otro lado.
Después de un entrenamiento, haga algunos estiramientos estáticos como el pliegue hacia adelante. Párate con los pies separados a la altura de los hombros, bisagra desde las caderas y dobla hacia adelante, alcanzando los dedos de los pies. Mantenga durante 15 a 45 segundos.
3. Mejora la capacidad atlética
Tener músculos isquiotibiales flexibles puede mejorar su rendimiento en varios deportes, especialmente el tenis. Mejore la flexibilidad de sus músculos isquiotibiales para ayudar a su juego de tenis practicando la pose de yoga llamada Downward Facing Dog.
Para lograr esta postura, coloque las manos y los pies en el piso con las caderas levantadas para que su cuerpo forme una forma de V invertida. Mantenga la posición durante dos minutos para lograr los máximos beneficios.