La intolerancia al azúcar, también conocida como intolerancia a la fructosa en la dieta o malabsorción de azúcar, es un trastorno digestivo que afecta a casi un tercio de todos los adultos, según el sitio web Food Intolerance Diagnostics. Debido a que los síntomas principales de la intolerancia al azúcar, que incluyen gases, hinchazón, eructos, dolor abdominal y diarrea, son similares a los del síndrome del tazón irritable, la intolerancia a la lactosa, la intolerancia al gluten y otras afecciones digestivas, es importante buscar un diagnóstico adecuado antes de realizar Cualquier cambio importante en su dieta.
Los alimentos que deben evitarse
Una de las principales formas de controlar o prevenir los síntomas de intolerancia al azúcar es evitar los alimentos y bebidas con alto contenido de fructosa, incluidas las frutas secas, las frutas enlatadas, los jugos de frutas, la compota de manzana y otros productos de frutas procesados.
La miel, el jarabe de arce y cualquier alimento procesado o bebida con alto contenido de azúcar, particularmente aquellos hechos con jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, incluidos muchos tipos de refrescos, también tienden a ser mal tolerados. Las frutas frescas ricas en fructosa que pueden ser problemáticas incluyen manzanas, peras, sandías y mangos.
Los espárragos, las alcachofas y los tomates son más ricos en fructosa que la mayoría de las verduras y pueden no ser bien tolerados, mientras que los alimentos que contienen fructanos, como ajo, puerros, cebollas y productos de trigo integral, también pueden desencadenar síntomas.
Otras Consideraciones
Si le han diagnosticado intolerancia al azúcar, trabaje con un dietista para crear un plan de comidas que aborde el problema sin sacrificar la nutrición. El contenido de fructosa de los alimentos procesados no siempre es fácil de discernir sin la orientación profesional. Además, muchas frutas frescas pueden tolerarse bien en pequeñas porciones, por lo que no es necesario evitarlas. Consulte a su médico si una dieta baja en fructosa no alivia sus síntomas: la intolerancia al azúcar a menudo coexiste con otra intolerancia o alergia alimentaria.