La ferritina es la forma de hierro que se almacena en los tejidos del cuerpo. Cuando se consume hierro insuficiente, su cuerpo extrae de estas reservas de ferritina. Si la deficiencia continúa, la ferritina se agotará y los niveles de hierro en el plasma sanguíneo disminuirán. Esto provocará anemia por deficiencia de hierro, una condición en la cual los glóbulos rojos se vuelven ineficientes para transportar oxígeno por todo el cuerpo. Comer alimentos ricos en hierro aumentará la cantidad que su cuerpo almacena en forma de ferritina.
Carne y comida de mar
La cantidad diaria recomendada de hierro es de 8 mg por día para hombres adultos y 18 mg por día para mujeres adultas. Hay dos formas de hierro en la dieta, hemo y no hemo. El tipo hemo se encuentra solo en productos animales y el cuerpo lo utiliza de manera más eficiente. La carne roja, el hígado, las ostras, las aves y el pescado son fuentes ricas en hierro hemo que aumentarán los niveles de ferritina.
Fuentes de plantas
El hierro no hemo se encuentra en fuentes vegetarianas y en alimentos fortificados con hierro. Las buenas fuentes de hierro no hemo incluyen soja, lentejas, habas, frijoles, frijoles blancos, guisantes, espinacas y melaza. Los cereales fortificados para el desayuno y la avena también son ricos en hierro no hemo.
Suplementos
Si un análisis de sangre revela niveles bajos de ferritina, su médico puede recetarle hierro suplementario para prevenir la anemia por deficiencia de hierro. Una dosis típica recomendada es de 50 a 60 mg de hierro elemental oral dos veces al día, pero debe seguir las instrucciones de su médico para recibir la cantidad adecuada de hierro para usted. Algunas personas experimentan vómitos, estreñimiento y náuseas como efectos secundarios de la suplementación con hierro. Tomar el suplemento con alimentos o dividirlo en dos dosis más pequeñas puede aliviar estos síntomas. Discuta estas opciones con su médico antes de comenzar cualquier suplemento nuevo.