La fisioterapia es un componente vital de la recuperación después de una enfermedad, lesión o cirugía. Mediante el uso de modalidades como la estimulación eléctrica y la ecografía, un terapeuta puede ayudar a aliviar su dolor y promover la curación. El ejercicio, la deambulación, la negociación de escaleras y las actividades de equilibrio componen el aspecto funcional de la fisioterapia y restablecen la independencia. Sin embargo, su curso de terapia puede conducir a una variedad de efectos secundarios. Es importante minimizar estos efectos al abordarlos durante su curso de terapia y contactar a su médico según sea necesario.
Dolor con ganancia
Uno de los principales efectos secundarios que probablemente experimente en el curso de la terapia es el dolor. Su dolor de base puede aumentar a medida que se rehabilita y se recupera, y esto puede generar confusión y poca motivación para continuar. Es esencial discutir estos problemas con su terapeuta y médico para determinar si las intervenciones de tratamiento alternativas ayudarían a aliviar el dolor y permitirían una participación continua. Para ayudar a controlar el dolor, su médico puede recomendar medicamentos orales para el dolor 30 minutos antes de una sesión. El calor, el hielo o los tratamientos tópicos después de una sesión, según las indicaciones de su terapeuta, también pueden reducir el dolor.
Hinchazón
La hinchazón es otro efecto secundario común de la fisioterapia. A medida que su terapeuta desafía sus músculos, ligamentos y tendones para fortalecerlos, su cuerpo puede responder con un mayor edema o hinchazón. El edema puede causar dolor adicional y limitaciones funcionales. Hable con su terapeuta sobre los tratamientos, como el uso de hielo después de la terapia o el uso de calor y luego frío para ayudar a controlar la hinchazón, que puede reducir el dolor y la hinchazón y mejorar la circulación simultáneamente.
Falta de resultado
Al igual que con cualquier intervención médica, la participación en fisioterapia no garantiza la recuperación o la resolución completa de los síntomas. Debido a que esto puede ser desalentador, puede tener la tentación de interrumpir su terapia. Sin embargo, terminar la terapia prematuramente probablemente provocará dolor a largo plazo y nuevas lesiones. Es importante mantener el rumbo. Hable con su terapeuta para discutir sus objetivos personales y sea lo más específico posible. Su terapeuta puede ajustar la dirección del tratamiento para alcanzar sus objetivos específicos o puede educarlo sobre los cambios en el estilo de vida que puede hacer para facilitar mejores resultados.
Problemas psicoemocionales
Puede subestimar el estrés psicológico y emocional que experimentará junto con su terapia. Las citas frecuentes, el dolor, el progreso deficiente y el tiempo prolongado en terapia pueden afectar su horario. Discuta sus problemas con su familia y amigos, y solicite ayuda con el cuidado de los niños, la preparación de comidas y el transporte para que pueda concentrarse en su terapia. Reúnase con un consejero ocupacional para guiarlo en la transición si no puede regresar al trabajo como resultado de su lesión o enfermedad. Ser proactivo con respecto al estrés y los problemas que enfrenta le permitirá tomar el control de su situación y responder productivamente a los cambios que enfrenta, tanto a largo como a corto plazo.