De los cientos de especies de granos, el trigo es el más común en la dieta estadounidense. El trigo y su harina se utilizan para hacer pan, bollos, pastas, bagels, galletas, pasteles, magdalenas, cruasanes, galletas, cereales para el desayuno y barras de granola, por nombrar solo algunos ejemplos. Los granos no formaron parte de la dieta humana tradicional durante la evolución de nuestros antepasados cazadores-recolectores, y algunos investigadores, incluido el Dr. Loren Cordain, profesor de la Universidad Estatal de Colorado, creen que los granos contribuyen a las enfermedades crónicas que ahora son tan frecuentes en Las sociedades occidentales, como se explica en un artículo publicado en 1999 en "World Review of Nutrition and Dietetics".
Sensibilidad al gluten
El trigo puede tener un efecto negativo para las personas sensibles al gluten, una proteína que se encuentra no solo en el trigo, sino también en el centeno, la cebada y la avena contaminada cruzada. Según el Centro de Investigación Celíaca de la Universidad de Maryland, aproximadamente el 1 por ciento de los estadounidenses tiene enfermedad celíaca, caracterizada por calambres abdominales, hinchazón, diarrea, estreñimiento y pérdida de peso, mientras que otro 6 por ciento tiene intolerancia al gluten, que puede provocar dolores de cabeza y hormigueo. Extremidades, niebla cerebral, aumento de peso y síntomas similares al síndrome del intestino irritable. Ambas condiciones se tratan evitando estrictamente el trigo y el gluten. Si usted es celíaco o intolerante al gluten, lea cuidadosamente todas las etiquetas de los alimentos para asegurarse de no incluir ningún rastro de trigo o gluten en su dieta.
Aumento de peso
La mayoría de los granos de cereales, incluido el trigo, contienen un compuesto bioquímico llamado lectina. Las lectinas son producidas naturalmente por muchas plantas como el trigo para protegerlas contra sus enemigos. Una investigación realizada con cerdos mostró que una dieta rica en granos y lectinas se asociaba con resistencia a la insulina, presión arterial más alta y niveles de inflamación más altos, medidos con la proteína C reactiva, como se publicó en la edición de diciembre de 2005 de "BMC Endocrine Disorders". " Los autores de este estudio creen que una dieta rica en granos que contienen lectina, que incluyen trigo, podría aumentar el hambre al inducir resistencia a la leptina, lo que explicaría la mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad en las sociedades occidentales.
Condiciones autoinmunes
Algunas afecciones autoinmunes comunes, como la artritis reumatoide y la enfermedad inflamatoria intestinal, pueden estar relacionadas con el consumo de trigo y cereales, según un artículo de 1999 publicado en "World Review of Nutrition and Dietetics". Aunque se necesita más investigación, podría intentar eliminar el trigo y los granos de su dieta si padece una enfermedad autoinmune para ver si nota alguna mejora en sus síntomas. Consulte con su médico antes de cambiar su dieta.