La ansiedad a menudo se caracteriza como una sensación de nerviosismo, aprensión, preocupación o miedo. No es raro experimentar esta sensación de vez en cuando como resultado de situaciones y eventos desconocidos o incómodos. La mayoría de las veces, la ansiedad pasa una vez que se elimina el factor instigador. Sin embargo, los Institutos Nacionales de Salud explican que algunas personas continúan experimentando esta preocupación o miedo, e incluso empeora con el tiempo. Esto suele ser un signo de un trastorno de ansiedad.
Síntomas
Además de la sensación de nerviosismo, preocupación o miedo, un trastorno de ansiedad puede causar fatiga, irritabilidad, inquietud y falta de concentración. También manifiesta síntomas físicos, como sudoración, náuseas, diarrea, temblores, falta de aliento y latidos cardíacos rápidos. Incluso puede afectar los ciclos de sueño, causando insomnio, donde tiene dificultades para conciliar el sueño o quedarse dormido.
Pérdida de apetito
La pérdida de apetito que puede acompañar a la sensación de ansiedad no suele ser el resultado de la ansiedad en sí. En realidad es un síntoma de depresión. Según el Instituto Nacional de Salud Mental y la Clínica Mayo, los trastornos de ansiedad generalizada y los trastornos de pánico rara vez ocurren solos. Muchas personas también sufren de depresión como resultado de un trastorno de ansiedad o al mismo tiempo.
Diagnóstico
Para garantizar un tratamiento y manejo adecuados de su condición, es importante consultar con un profesional de salud mental. La ansiedad se presenta en muchas formas diferentes, incluido el trastorno de pánico, el trastorno obsesivo compulsivo, el estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada, la fobia social y otras afecciones similares. El diagnóstico adecuado inevitablemente ayuda a tratar la afección.
Tratamiento
La psicoterapia puede ayudar a identificar la causa raíz del trastorno, así como a establecer pasos para cambiar el comportamiento y la actitud. Los pensamientos y comportamientos negativos se redirigen a los positivos, lo que permite mejores habilidades de afrontamiento. Esta forma de terapia también puede ir acompañada de un medicamento recetado, como antidepresivos, sedantes o medicamentos contra la ansiedad. La combinación de terapia y medicamentos a menudo puede corregir los síntomas asociados con cualquiera de las afecciones, incluida la pérdida de apetito.
Autocuidado
Junto con la atención supervisada, también puede encontrar algún beneficio al concentrarse en su dieta, según la Clínica Mayo. Comer comidas más pequeñas varias veces durante el día puede ayudar a estabilizar el azúcar en la sangre y, por lo tanto, aliviar la sensación de ansiedad. También se sugiere que coma muchos carbohidratos complejos, como granos enteros, verduras y legumbres, mientras limita su consumo de azúcar, granos procesados, alcohol y cafeína. Incluso beber mucha agua puede ayudar a estabilizar tu estado de ánimo. Dicho esto, estos cambios en la dieta de ninguna manera pueden reemplazar el tratamiento médico. Solo deben usarse junto con atención supervisada.