L-tirosina y L-dopa son dos sustancias que difieren ligeramente en su estructura química y función biológica, pero están unidas por los procesos que su cuerpo utiliza para convertir una sustancia en otra para satisfacer sus necesidades. Tanto la L-tirosina como la L-dopa ayudan a producir los químicos que necesita para la función muscular y nerviosa de bajo nivel, así como su bienestar sensorial, emocional y psicológico. Hay suplementos dietéticos disponibles que contienen L-tirosina, y puede encontrar suplementos que contienen un extracto de hierbas rico en L-dopa. Hable con su médico antes de tomar L-tirosina o L-dopa para tratar una afección médica.
¿Qué es la L-tirosina?
La tirosina es un aminoácido que su cuerpo usa para construir proteínas y neurotransmisores. La tirosina se clasifica como un aminoácido no esencial porque su cuerpo generalmente puede producir todo lo que necesita del aminoácido fenilalanina. Si tiene el trastorno genético fenilcetonuria, su cuerpo no puede producir tirosina. Necesita comer alimentos ricos en tirosina o tomar suplementos. Puede obtener tirosina de alimentos a base de soya, aves, pescado, maní, almendras, aguacates, plátanos, productos lácteos, habas, semillas de calabaza y semillas de sésamo.
¿Qué es la L-Dopa?
La L-dopa, también conocida como levodopa, es un químico que su cuerpo usa para producir el neurotransmisor dopamina. Los neurotransmisores son sustancias químicas que ayudan a su sistema nervioso a transmitir información entre las células nerviosas. Su cuerpo produce L-dopa a partir del aminoácido L-tirosina. Puede complementar el suministro de L-dopa de su cuerpo directamente tomando suplementos dietéticos o comiendo frijoles fava y Mucuna pruriens, también conocidos como frijoles de terciopelo. L-dopa también se encuentra en medicamentos recetados vendidos bajo los nombres de Sinemet, Parcopa, Atamet, Prolopa, Stalevo y Dopar.
Biología de la tirosina
La actividad biológica de la L-tirosina es aparente indirectamente a través de las proteínas y otros químicos que su cuerpo produce con ella. Además de L-dopa, la tirosina se convierte en el neurotransmisor y las hormonas del estrés epinefrina y nor-epinefrina. Su cuerpo depende de cantidades adecuadas de L-tirosina para ayudarlo a lidiar con los aspectos físicos del estrés o la privación del sueño al producir suficiente epinefrina y nor-epinefrina para satisfacer sus necesidades. El Laboratorio de Investigación Médica Aeroespacial Naval realizó un estudio sobre los efectos cognitivos y motrices nocturnos de la L-tirosina en sujetos privados de sueño. En el estudio publicado en la revista "Aviation, Space and Environmental Medicine" en 1995, los investigadores descubrieron que la L-tirosina era más efectiva que un placebo para mejorar la capacidad de los sujetos para realizar ciertas tareas durante 13 horas seguidas, a pesar de estar despiertos durante el día de la prueba. Las dosis altas de L-tirosina pueden causar náuseas, diarrea, dolores de cabeza, vómitos o insomnio. Además, tomar L-tirosina con antidepresivos inhibidores de la monoaminooxidasa puede causar un aumento peligroso de la presión arterial. Si está tomando los antidepresivos isocarboxazida, fenelzina, tranilcipromina o selegilina, debe evitar los suplementos dietéticos de L-tirosina y reducir la cantidad de tirosina que obtiene de sus comidas.
L-Dopa Biology
La actividad biológica de L-dopa se produce a través de su conversión a dopamina, que es importante para su capacidad de controlar con precisión sus músculos. La falta de dopamina en ciertas partes de su cerebro puede causar la enfermedad de Parkinson. El Parkinson se trata con L-dopa en lugar de la dopamina en sí porque la dopamina no puede cruzar la barrera hematoencefálica. L-dopa llega al cerebro, donde se convierte en dopamina. Los productos recetados de L-dopa contienen el químico carbidopa, que evita que la dosis de L-dopa se convierta en dopamina por enzimas fuera del cerebro. Los efectos secundarios de la L-dopa pueden incluir latidos cardíacos irregulares, presión arterial baja, náuseas, confusión, ansiedad, sueños vívidos, alucinaciones, somnolencia, incapacidad para controlar los músculos, problemas del habla, espasmos musculares y movimientos lentos. Los pacientes que toman L-dopa para el Parkinson pueden experimentar un efecto disminuido o tolerancia con el tiempo. El médico debe equilibrar la necesidad de aumentar la dosis de L-dopa lo suficiente como para detener los síntomas del Parkinson, y evitar los inevitables efectos secundarios de la dopamina.