Cuando hace ejercicio, su cuerpo depende de la energía derivada de los alimentos que consume en su dieta diaria. Comer antes de hacer ejercicio suele ser una forma vital de proporcionarle a su cuerpo suficiente combustible para mantener la actividad física. Sin embargo, si tiene diabetes o un trastorno relacionado llamado resistencia a la insulina, comer después del ejercicio puede mejorar la capacidad de su cuerpo para usar adecuadamente la glucosa en el torrente sanguíneo.
Lo esencial
Cuando come, su cuerpo toma los alimentos en su dieta y los descompone para varios usos. Uno de los principales productos de este proceso es la glucosa, una forma de azúcar simple que actúa como una fuente primaria de energía y también ayuda al cuerpo a crecer y repararse a sí mismo. Antes de que pueda usar la glucosa, debe pasar del torrente sanguíneo al interior de las células. Para que esto suceda, su cuerpo produce una hormona llamada insulina, que le dice a sus células que le den a la glucosa el acceso necesario. Los diabéticos y las personas con resistencia a la insulina no producen suficiente insulina para esta tarea o no responden adecuadamente a los efectos del procesamiento de glucosa de la insulina, explica el sitio web EndocrineWeb.
Comer antes de hacer ejercicio
Comer después del ejercicio
Cuando hace ejercicio, aumenta temporalmente la sensibilidad de su cuerpo a la insulina, así como su capacidad de transferir glucosa desde el torrente sanguíneo, según un estudio publicado en el "Journal of Applied Physiology". Si come una comida después de una sesión de ejercicio, estos cambios en las respuestas de su cuerpo a la insulina y la glucosa pueden facilitarle el procesamiento adecuado de sus alimentos y usarlos para sus necesidades de energía a corto o largo plazo. Si los alimentos que consume tienen un contenido relativamente bajo de carbohidratos, esta capacidad mejorada para controlar su glucosa en sangre puede continuar el día después del ejercicio.