Los músculos se contraen cuando se usan y se relajarán o aflojarán cuando no estén en uso. Sin embargo, su músculo a veces puede mantenerse tenso o de repente contraerse involuntariamente. Un músculo contraído involuntariamente a menudo se llama calambre o espasmo. Los calambres musculares pueden ocurrir por diferentes razones. Por lo general, el uso excesivo es la razón más común, pero la deshidratación, las deficiencias de vitaminas y ciertos medicamentos también pueden causar contracciones musculares. Varias opciones diferentes pueden ayudar a aflojar un músculo contraído, dependiendo de la causa exacta de su calambre muscular.
Paso 1
Estira tu músculo. Aunque inicialmente es doloroso, estirar un músculo contraído lo ayuda a aflojarse y relajarse. El estiramiento exacto dependerá de qué músculo esté apretado. Muchas veces, los músculos de las piernas se ven afectados. Siéntate en el suelo con las piernas abiertas y estiradas frente a ti. Lentamente doble la parte superior de su cuerpo sobre la pierna afectada, alcanzando los dedos de los pies. No rebotes tus músculos, sino inclínate suavemente hacia adelante.
Paso 2
Masajea tu músculo contraído. Con los dedos, presione suavemente el músculo y frote con movimientos circulares. La presión relaja un músculo contraído. Si no puede aflojar su músculo, programe un masaje con un fisioterapeuta o fisioterapeuta.
Paso 3
Beba mucha agua para ayudar a aflojar el músculo contraído. Muchas veces, los calambres musculares ocurren debido a la deshidratación. El agua y las bebidas deportivas alivian la contracción muscular.
Etapa 4
Agregue más potasio a su dieta. Para una contracción muscular, coma un plátano o beba jugo de naranja. El potasio ayuda a aflojar los músculos.
Paso 5
Aplique calor a su músculo afectado. Tome una ducha o baño tibio para ayudar al músculo a relajarse. Aplique una almohadilla térmica o una botella de agua caliente al músculo. El calor permite que tu músculo se afloje.