Comer pequeñas comidas frecuentes puede ayudarlo a evitar el hambre, de acuerdo con DiagnoseMe.com. Esto a su vez evita que su cuerpo entre en modo de inanición y conserve las calorías como mecanismo de defensa. Comer comidas pequeñas a intervalos frecuentes durante el día también ayuda a estabilizar el azúcar en la sangre. Esto no solo mantiene sus niveles de energía estables, sino que podría ayudar a prevenir la diabetes.
Paso 1
Cree un horario que lo ayude a determinar las horas que necesita comer. El horario no tiene que ser demasiado estricto. Por ejemplo, puede programar la comida dos a media mañana o entre las 9:00 a.m. y las 10:00 a.m. Dése un poco de flexibilidad para que pueda dar cuenta de lo inesperado, ya sea que eso signifique atascos o una presentación tardía en el trabajo.
Paso 2
Coma su primera comida lo antes posible después de despertarse. Cuanto más espere, más difícil será comer siete comidas al día. Por ejemplo, si duerme un promedio de ocho horas al día, significa que tendrá que comer cada 2.2 horas mientras esté despierto. Desayunar temprano le ayudará a encajar en las siete comidas.
Paso 3
Calcule cuántas calorías debe comer al día y luego divídalas en siete comidas. Puede usar una calculadora como la disponible en FreeDieting.com para ayudarlo a determinar los requisitos de calorías en función de su edad, sexo y si desea aumentar, perder o mantener su peso. Por ejemplo, si su ingesta recomendada es de 2, 000 calorías por día, cada comida pequeña debe ser de aproximadamente 285 calorías.
Etapa 4
Lleve comida consigo o explore los restaurantes a su alrededor para que pueda comprar una sola comida a la hora del almuerzo y luego dividirla para las comidas de la tarde. Es probable que no pueda tomarse un tiempo libre para comer cada dos horas, especialmente si está en el trabajo. Dependiendo de cuántas calorías debe tener su comida, las cosas fáciles de llevar incluyen pequeños sándwiches o envolturas, frutas, verduras con salsa de hummus, yogur, palitos de mozzarella bajos en grasa, galletas saladas y mantequilla de maní o incluso un puñado de nueces.