No todos los cuerpos están hechos para la leche. A medida que envejece, la producción de lactasa de su cuerpo disminuye. Una enzima importante, la lactasa digiere el azúcar lactosa en la leche y otros productos lácteos. Una persona tiene más o menos lactasa que la siguiente. Algunas personas experimentan una disminución tan grande de la lactasa que consumir leche es desagradable e incluso dolorosa, lo que resulta en molestias gastrointestinales.
Leche animal
Los humanos son diferentes a muchos otros animales en la tierra en que beben la leche producida por otros animales. Pero no toda la leche es igual: diferentes animales producen leche con diferentes nutrientes y compuestos. La lactosa es un azúcar en la leche que no todos los humanos pueden procesar. La cantidad de lactosa en la leche varía según el animal. La leche de cabra, por ejemplo, tiene menos lactosa que la leche de vaca.
Proceso digestivo
El proceso digestivo comienza en la boca, donde la saliva ligeramente ácida se combina con la leche y comienza a descomponerse. Cuando traga la leche, baja por el esófago y llega al estómago. Los jugos gástricos en el estómago descomponen aún más la leche y matan cualquier bacteria viva. Luego, el estómago envía la leche al intestino delgado, donde se absorben los nutrientes, como los aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas y los ácidos grasos, los componentes básicos de las grasas. Los materiales que no se absorben para energía o nutrición son empujados hacia el intestino grueso, procesados como materia fecal y liberados a través del recto. Los líquidos residuales (agua que transporta materiales no deseados) llenan la vejiga y se liberan como orina.
Papel de la lactasa
La lactasa es una enzima clave en la digestión de la lactosa. El intestino delgado produce lactasa. Si su cuerpo solo produce una pequeña cantidad de lactasa, tiene lo que se llama sensibilidad a la lactosa. Puede tener lactosa en pequeñas cantidades de leche y otros productos lácteos, pero experimenta dolor e incomodidad si consume demasiado. Si el intestino delgado no procesa la lactosa, pasa al intestino grueso, donde las bacterias fermentan el azúcar y producen dióxido de carbono. El resultado es gases, hinchazón, calambres y diarrea.
Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa es una condición común. Según un artículo de septiembre de 2009 en "USA Today", hasta el 60 por ciento de la población mundial no puede procesar la lactosa en la leche animal. Los investigadores teorizan que la capacidad de beber leche animal es una adaptación que se ha producido a diferentes velocidades entre diferentes sociedades de todo el mundo. Si bien la mayoría de las personas de ascendencia del norte de Europa pueden beber leche de vaca, casi ningún nativo americano informa la capacidad de procesar el azúcar lactosa.