¿Cómo cambia la presión arterial durante el ejercicio?

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Anonim

La presión arterial es un signo vital común que generalmente se mide cuando el cuerpo está en reposo. Una lectura de presión arterial consta de 2 números. El número superior, o sistólico, es la presión contra las paredes de las arterias cuando el corazón se contrae, y la diastólica es la presión entre los latidos del corazón. Aunque la actividad física regular ayuda a reducir la presión arterial en reposo, estos números pueden cambiar con el movimiento y el ejercicio.

Durante el ejercicio, la presión arterial sistólica aumenta, pero la presión diastólica tiende a permanecer dentro del mismo rango. Crédito: Marija Jovovic / E + / GettyImages

Cambios de presión sistólica

Durante el ejercicio, el flujo sanguíneo aumenta para proporcionar más oxígeno a los músculos que trabajan. Este aumento del gasto cardíaco se asocia con un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial sistólica, que aumentan junto con la intensidad del ejercicio. En personas con presión arterial normal en reposo, se puede esperar que la presión sistólica aumente hasta 200 mm Hg durante el ejercicio, lo que se compara con una presión sistólica normal en reposo de menos de 120 mm Hg.

Cambios de presión diastólica

En personas con presión arterial normal, la presión diastólica es inferior a 80 mm Hg. Durante el ejercicio, la presión arterial diastólica se mantiene casi igual o cae ligeramente. Esto se debe a que el ejercicio dilata o expande los vasos sanguíneos, mejora el flujo sanguíneo y disminuye la resistencia al flujo sanguíneo dentro de las arterias. Los cambios en la presión arterial durante el ejercicio varían de persona a persona y están relacionados con el tipo, la intensidad y la duración del ejercicio, así como el nivel de condición física, el estado de salud y los rangos de presión arterial habituales de una persona.

Hipertensión de ejercicio

En algunas personas, la presión arterial aumenta demasiado durante el ejercicio, incluso si no tienen presión arterial alta o hipertensión. Esta hipertensión por ejercicio ocurre cuando la presión arterial sistólica es mayor de 210 mm Hg en hombres o por encima de 190 mm Hg en mujeres, o cuando las lecturas de presión arterial diastólica durante el ejercicio son mayores de 110 mm Hg en hombres o mujeres. Esta condición es un factor de riesgo para la hipertensión, si aún no se ha diagnosticado, y se cree que está relacionada con la rigidez de las arterias y el aumento de la resistencia periférica al flujo sanguíneo.

Beneficios del ejercicio regular

La actividad física regular está relacionada con niveles reducidos de presión arterial en los períodos posteriores al ejercicio y al descanso. Las pautas de práctica clínica para la hipertensión recomiendan actividad física aeróbica regular durante al menos 30 minutos la mayoría de los días de la semana. Esta cantidad de ejercicio está relacionada con una reducción de la presión arterial sistólica de 4 a 9 mm Hg. Una revisión de investigación publicada en 2016 asocia actividad aeróbica regular, de intensidad media a alta con una reducción promedio de 11 mm Hg sistólica y 5 mm Hg diastólica.

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Revisado por Kay Peck, MPH RD

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