De acuerdo con los consejos de recetas, no se recomienda comer brotes crudos debido al riesgo de bacterias y enfermedades alimentarias. Cocinar brotes de alfalfa matará cualquier bacteria potencial en ellos, garantizando la seguridad. Los germinados solo se mantienen frescos durante unos días, incluso si los guarda en el refrigerador. Compre solo lo que pueda comer en un par de días y deséchelo cuando los brotes se vuelvan viscosos o marchitos.
Paso 1
Agregue brotes de alfalfa a las papas fritas, pero espere hasta el último minuto. Según los consejos de recetas, los brotes no deben cocinarse durante más de 30 segundos, o se marchitarán. Saltea todas las verduras que planeas cocinar, luego agrega brotes para una mezcla rápida al final.
Paso 2
Agregue brotes de alfalfa a sopas y guisos. Espere hasta que la sopa haya terminado de cocinarse, luego mezcle los brotes de alfalfa. El calor del agua cocinará ligeramente los brotes sin eliminar por completo su textura crujiente.
Paso 3
Coloque los brotes de alfalfa en una bandeja y colóquelos en el horno durante uno o dos minutos. Esto "tostará" los brotes, dándoles una textura crujiente mientras los cocina y eliminando cualquier bacteria que pueda estar presente. Sácalos antes de que se vuelvan marrones. Agréguelos a ensaladas, sándwiches o wraps.