Rico en proteínas magras, los rabos de buey al horno son un manjar culinario que sabe increíble. Este corte de carne también es un complemento saludable para guisos, sopas y platos de pasta. Sirva con papas asadas, frijoles, arroz salvaje o vegetales salteados para aumentar su sabor.
Propina
La cocción baja y lenta en húmedo funciona mejor para los rabos de buey. Este delicioso plato tarda al menos tres horas en cocinarse, pero puede dejar que el horno haga el trabajo duro.
¿Qué es el rabo de buey?
Como su nombre lo indica, la carne de rabo de buey proviene de la cola de una vaca. Antes de venderse en el mercado, está desollado y cortado en trozos de diferentes tamaños. Una vez cocinado, tiene un rico sabor a carne. Su textura sedosa y su carne gelatinosa lo hacen ideal para sopas y guisos, pero también puedes cocinarlo en el horno.
Los rabos de buey son una fuente inagotable de nutrición: una porción de 4 onzas (cruda) tiene 170 calorías, 9 gramos de grasa y 20 gramos de proteína magra. También proporciona el 10 por ciento de la ingesta diaria recomendada de hierro. Este mineral juega un papel clave en la formación de glóbulos rojos, según lo informado por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. Los niveles bajos de hierro en el torrente sanguíneo pueden provocar anemia.
Este corte de carne también es una excelente fuente de vitaminas B, potasio, zinc, fósforo y magnesio, informa el USDA. El potasio, uno de los minerales más abundantes en el rabo de buey, ayuda a regular la presión arterial al aumentar la excreción de sodio en la orina. Cuando se consume en cantidades adecuadas, puede reducir el riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedad cardíaca y osteoporosis, según una revisión de mayo de 2013 publicada en Advances in Nutrition .
El zinc, otro nutriente esencial, apoya la función inmune, la salud reproductiva, la neurotransmisión y el metabolismo celular, según los expertos de la Universidad Estatal de Oregón. Una porción de 3.5 onzas de rabo de buey cocido proporciona 10 miligramos de zinc. Las mujeres adultas requieren 8 miligramos del mineral por día, mientras que los hombres deben aspirar a unos 11 gramos.
Cocinar rabo de buey en el horno
Los rabos de buey al horno no solo son deliciosos sino también saludables. Además, este sabroso plato es fácil de cocinar y combina bien con la mayoría de las verduras, desde papas y zanahorias hasta espárragos y repollo. Si está tratando de reducir el consumo de sodio, use hierbas y especias para darle más sabor. El ajo, el romero fresco, el tomillo, las hojas de laurel, la pimienta de cayena y el pimentón son excelentes opciones.
La mejor parte de cocinar rabos de buey es que puede dejar que el horno haga el trabajo duro. Comience recortando la grasa. Este tipo de carne es naturalmente gelatinosa. Si no elimina la grasa, el plato estará grasiento.
Luego, ponga la carne en una cacerola poco profunda. Agregue sus hierbas y especias favoritas junto con varias salpicaduras de salsa de soja. Cubra con papel de aluminio pero levante un poco sus bordes para evitar que toque la comida. La mayoría de las recetas requieren establecer la temperatura del horno a 340 a 350 grados Fahrenheit. El USDA recomienda una temperatura mínima de cocción de 325 F al cocinar productos de carne de res.
Cocine hasta que la temperatura interna alcance 145 F. Esto asegura que todas las bacterias dañinas sean destruidas. Una vez que la carne esté lista, déjala descansar por al menos tres minutos.
Como puede ver, cocinar rabos de buey en el horno no podría ser más fácil. La desventaja es que lleva mucho tiempo porque la carne es ósea y alta en grasas. Según la Junta de Desarrollo de Agricultura y Horticultura del Reino Unido, la cocción baja y lenta en húmedo funciona mejor para este tipo de carne. Espere esperar al menos tres horas para que su comida esté lista.
Siéntase libre de experimentar con otras deliciosas recetas. Los rabos de buey son versátiles y se pueden cocinar de muchas maneras. Pruebe su estofado de rabo de buey cocido a fuego lento, rabo de buey estofado con vino o rabo de buey sofocado del sur. Guarde las sobras y agréguelas a las tortillas, ensaladas o vegetales verdes al vapor para obtener proteínas adicionales.